Amfar, el enorme potencial de la mujer rural
La Asociación de Familias y Mujeres del Ámbito Rural (AMFAR), tras un alto después de la pandemia, retoma su actividad en la provincia con la designación de una nueva presidenta provincial, Zahara Franco. A sus 37 años espera una niña. Concejala de El Ordial, reside en Carrascosa de Henares.
Esta emprendedora –tiene una explotación ganadera, con caballos, ovejas y gallinas, que compagina con su trabajo a media jornada en la capital- coge el testigo de su antecesora, Purificación Ruiz, alcaldesa de Alovera, y la acción de una agrupación que lleva funcionando tres décadas. Se considera una “luchadora por el desarrollo de los pueblos”. Es por tanto, indica, conocedora del mundo rural y el urbano. Retoma las actividades con una idea novedosa: la creación de un club social “para que las jóvenes se acerquen a Amfar”, informa.
“Fui también alcaldesa de Carrascosa de Henares”, recuerda, con la experiencia que supone “el gran trabajo que cuesta gestionar pueblos sin Ayuntamiento propio con 163 empadronados, por ellos me sumergí en la Sierra para conocer de cerca a las Eatim tan necesarias en algunas ocasiones”. Esto le permitió reconocer los requisitos que habría que modificar para que estos municipios tengan sus servicios. “Trabajar para lograr más servicios, estar cerca de ganaderos y seguir contribuyendo al desarrollo de la mujer”, es su objetivo.
La agrupación que representa pertenece a una federación con las mismas siglas, que abarca a todas las asociaciones provinciales, de la que recibe fondos y cobertura. Este colectivo agrupa en Guadalajara a 12 asociaciones y 160 miembros, en su mayoría pertenecientes a la Campiña y primeros pueblos de la Sierra Norte. Entre sus retos destaca “que las mujeres salgan de casa llegar a la zona de Molina de Aragón, donde planifica una jornada formativa para el mes de agosto”.
Desde ya trabaja en el incremento de la comunicación entre las mujeres de los pueblos. Para ello ha creado un grupo de wasap en el que envían sus mensajes con el objetivo de sacar conjuntamente ideas que, sin esta suma de voluntades, sería imposible llevar adelante. “La situación es difícil, porque en infinidad de núcleos no tienen ni colegio”, lamenta. Y pone un ejemplo: “Los peques de menos de 3 años de la Sierra los tienen que bajar a Cogolludo o Atienza, sin transporte y las ayudas de estos niños van destinadas a los ayuntamientos, que en ocasiones los destinan a otros fines, cuando deberían repercutir en los padres o en las ludotecas de la zona para que se mantengan, para que no ocurra como en Cogolludo que se ha tenido que luchar para mantenerla abierta”.
En Carrascosa hay cinco niños que van a al CRA de Cogolludo, gracias a la unidad de las familias. “Pero una vez que acabas estudios de Infantil y Primaria hay que ir a Jadraque y Guadalajara”, lo que hace que muchas mujeres se tengan que desplazar a vivir a las grandes ciudades del Corredor. Asimismo detecta otra tendencia que hay que combatir. “En cuanto te quedas embarazada te vas del pueblo y se queda tu marido con la explotación que tenga en el campo, o en otros trabajos relacionados, por ejemplo, con la construcción, lo que hace que subsistir en el pueblo sea difícil”, indica.
Es por ello que ilustra el problema. “No hay apoyo para embarazadas; la matrona me ha atendido ahora, gracias a que puse una reclamación, cuando ya me tenía que haber atendido dos veces con el tiempo que llevo de embarazo”. Se cuestiona “por qué en Guadalajara sí y en un pueblo no, aquí los recursos no llegan”.
La gente parte antes, aunque “con la inmigración ha habido gente que ha llegado a la sierra, pero se quedan con dificultades, porque hay pueblos donde solo hay un niño y, en otros, ninguno”.
Zahara describe cómo se estructura el colectivo que representa: “Hay dos partes, asociación en sí, es decir, el beneficio de estar asociada, y las jornadas formativas que celebramos en los distintos pueblos de la provincia, dirigidas a asociaciones y ayuntamientos” y lamenta que “en muchos sitios han desaparecido”. Se ha paralizado la vida en las aldeas, por lo que considera importante que las mujeres “salgan de sus casas, que realicen actividades y estén unidas”.
En esta línea han retomado la idea de dar recursos para que las asociaciones tengan iniciativas: “Vamos a dar a cinco productos de la tierra para que hagan una rifa con el objeto de que saquen dinero para celebrar la actividad que quieran”. En Trijueque se llevó a cabo coincidiendo con Feria de abril. “Se va a hacer en cinco pueblos diferentes; las llevamos material y ellas sacan la financiación”, aclara.
Amfar ya ha realizado algunas actividades una vez retomó el rumbo. El 8 de Marzo, con motivo del Día de la Mujer, se llevaron a cabo una seria de cursos de emprendimiento que tuvieron lugar en la sede de la Asociación Provincial de Agricultores y Ganaderos (APAG); en Carrascosa, impartieron unas sesiones de informática, en las que las enseñamos las aplicaciones más usuales; en Poveda de la Sierra hicieron otro de productos agroalimentarios y transformación… Además, también participaron en la Feria de Asociaciones de Guadalajara.
Prevén sacar a la luz jornadas formativas, cada tres o cuatro meses, con el objeto de que Amfar llegue a todas las zonas de la provincia. “Cuando conocen el proceso de Amfar las asociaciones se asocian, es una forma de estar activas”, aporta.