El Instituto Brianda de Mendoza, 180 años al servicio de la enseñanza en Guadalajara


En el Instituto Brianda de Mendoza estudié hasta sexto de Bachillerato.En él habían estudiado gran parte de mis antepasados, el primero hacia mediados de 1860 y mi abuelo, José Gallego, desde 1892.

En 1947 tenía yo 10 años de edad. El uno de junio en el “lancia” (por su marca así llamábamos al autobús de color amarillo de la Continental Auto) fui por vez primera a Guadalajara. Bajamos en la explanada de tierra que se extendía a lo largo del ala  norte del Palacio del Infantado, junto a la estatua que dedicó la ciudad al Cardenal Mendoza y desde allí con mi abuelo José, que era con el que vivíamos en Jadraque ya que mi padre había muerto como consecuencia de la guerra, nos dirigimos al Hotel España, que era por aquellas fechas junto con el Bar las Columnas el núcleo de la vida social y comercial de la ciudad.
     El Hotel España estaba en las confluencias de las calles Miguel Fluiters y Teniente Figueroa, donde hoy se encuentra la sede central de Ibercaja, muy cerca del Instituto Brianda de Mendoza donde al día siguiente me iba a examinar de Ingreso para iniciar los estudios de Enseñanza Media. El día dos de junio por la mañana nos dirigimos al instituto , entramos por la calle del Doctor Benito Hernando y tras pasar el portal dejando a la derecha lo que entonces era la Biblioteca Provincial, llegué por vez primera al patio, con la imagen que para siempre llevo en el recuerdo , las esbeltas columnas, el antepecho de la planta primera de piedra con dibujos en forma de  colmena , los azulejos sevillanos del siglo XIX que cubrían la parte baja de los muros , en el centro una gran maceta con una palmera (hoy desaparecidos ambos elementos) y en el muro de la parte oeste , el escudo imperial de Carlos V cincelado en piedra de Tamajón y procedente de la Puerta del Mercado, una de las cinco puertas que tenía la muralla para acceder a la ciudad (situada en la actual plaza de Santo Domingo)
      En el Instituto Brianda de Mendoza estudié hasta sexto de Bachillerato en que me trasladé a Madrid  cercana ya la época de la universidad. En el habían estudiado gran parte de mis antepasados, el primero hacia mediados de 1860 (según fotografía del álbum familiar) y mi abuelo José Gallego desde 1892, época en la que vino desde Miedes de Atienza, donde su padre Faustino era farmacéutico, como el lo era en Jadraque.
      El Instituto Brianda de Mendoza fue fundado el 30 de noviembre de 1837  durante la regencia de María Cristina de Borbón, siendo presidente del gobierno el liberal Eusebio Bardaji Azara y alcalde de Guadalajara Gabino García Plaza, ubicándose en el desamortizado convento de San Juan de Dios, en la plaza del mismo nombre, donde se instaló mas tarde La Normal, la escuela de Magisterio. El Instituto contaba en sus inicios únicamente con seis profesores, ejerciendo la dirección  Dionisio Hermosilla y con 14 alumnos, siendo el centro de estas características más antiguo de España. En 1850 reinando ya Isabel II y siendo presidente del gobierno Ramón María Narváez  el instituto fue clausurado mediante un R.D. de fecha 4 de septiembre de ese año.
  Volviendo a abrirse de manera provisional en noviembre de 1855 por un gobierno presidido por el general Espartero y de manera definitiva el 31 de enero de 1857 cuando el presidente del gobierno era de nuevo  Narváez , el que lo había cerrado siete años antes y alcalde de Guadalajara Bruno de la Peña. Eran época de continuos cambios de gobierno, de forma que cuando tuvo lugar la reapertura oficial del Instituto el 16 de septiembre de 1858 con un discurso del catedrático de matemáticas Zacarías Acosta Lozano y director del presbítero Manuel Mamerto de las Heras, quien presidía el gobierno era Leopoldo O,Donell, ubicándose desde entonces el Instituto en el desamortizado Convento de la Piedad, después de haber estado también en el Convento de los Carmelitas (posteriormente de Los Franciscanos de la Iglesia del Carmen).
      El Convento de la Piedad fue construido como palacio en 1507 por Antonio de Mendoza, hijo del primer duque del Infantado Diego Hurtado de Mendoza, siendo el arquitecto Lorenzo Vázquez de Segovia. Al morir sin descendencia lo heredó  su sobrina Brianda de Mendoza, hija del segundo duque del Infantado Iñigo López de Mendoza, que autorizada por el Papa Clemente VII, alojó en él en 1524 un convento de monjas franciscanas y un colegio de doncellas, añadiendo al palacio una iglesia con una bella portada de Alonso de Covarrubias (1488-1570), que fue reformada y achicada en su parte norte con motivo del ensanche de la actual calle Teniente Figueroa. En el año 1902 sufrió reformas dirigidas por el arquitecto Ricardo Velázquez Boscós (1843-1923), dentro de la iglesia se conserva el sepulcro de alabastro blanco de Brianda de Mendoza, trazado y tallado también por Alonso de Covarrubias, del que falta una parte comprada por unos norteamericanos en 1937 y que se guarda en el Detroit Institute Arts.
      En 1835 fue disuelta la comunidad religiosa y el edificio desamortizado, utilizado como Museo Provincial, hasta su traslado en 1861. También la Diputación Provincial  estuvo en él instalada siendo llevada  a su actual palacio en 1882, se utilizó como  prisión, la cárcel actualmente  cerrada se inauguró en 1887, y como Biblioteca provincial. El Instituto Brianda de Mendoza convivió con estas instituciones desde 1858 y allí permaneció hasta 1972, en el que por graves problemas en sus estructuras tuvo que cerrarse, pasando a ubicarse donde hoy se encuentra, en la calle Hermanos Fernández Galiano.
      Mis recuerdos para el Instituto de la calle Doctor Benito Hernando , con el inicio de las clases en el patio con los alumnos formando por cursos , el rezo del Padre Nuestro , canto de Cara al Sol (la guerra civil aun estaba muy cercana) , las carreras por las escaleras de piedra hacia nuestras clases, a nuestros profesores Enriqueta Hors, Claudio Pizarro , Gregorio Planchuela , Salvador Prado , José Nieto , Alejandro Ortiz Navacerrada , Antonio Pajares , Victoriano García, Daniel Carretero,... al secretario Salvador Embid Villaverde  que nos cuidaba como si fuéramos sus propios hijos , continuadores todos ellos de los grandes docentes que antes y ahora siempre tuvo el Instituto.
      Y como no mis recuerdos a mis compañeros de curso , a los que estudiábamos juntos en aquellos difíciles años de la posguerra , Miguel Viejo, Rafa Armengol , José Luis y Jesús Aguado, Fernando Martínez, Ricardo Saborit, José Veguillas,  Tomás Pérez Antón , José Luis Fernández Bonís, Alberto del Amo, Nemesio de Diego, Agustín San Andrés, Ildefonso Rodrigo, Antonio Laso, Ramiro Sacristán, Álvaro Crespo, Leandro Cross, Emilio Dorado, Antonio García Padrino, Juan Benito , Fernando Redondo, Gil Gautier…y a mis compañeras María Angustias Casas (hija del gobernador Juan Casas) , Margarita Embid (hija de don Salvador), Henedina Embid, Mari Carmen Gutiérrez ,María Luisa Pérez Recuero , Aurora Hernández, Isabel Salinas, Carmen Martín...
     Hace unos días recibí una cordial llamada de la actual directora Inmaculada Carlero Cortijo. Me recordaba que el 30 de noviembre el Instituto cumplía su 180 aniversario y como ex alumno del mismo me invitaba a acompañarles en el acto de la celebración  en el que junto con el periodista Fernando Rojo y la campeona de taekwondo Verónica Muriel  nos entregarían un galardón , lo cual  agradecí de corazón , porque para mi y para cientos de guadalajareños el Instituto Brianda de Mendoza forma parte de nuestras raíces y nunca podremos olvidar lo mucho que recibimos de él , la enseñanza de sus profesores. En mi caso nací en 1937 cuando se cumplía el centenario de su fundación y en aquellos difíciles años no dejó de dar clases, ahora en su nueva ubicación continúa con su labor docente haciendo honor al lema mendocino que señala que “Dar es señorío, recibir es servidumbre “y todos esperamos continué por el bien de Guadalajara ejerciendo esas funciones educativas en el próximo y lejano futuro.