Feminista sí, manipulable no

Hace unos días se hacían eco los medios de comunicación de la manifestación orquestada por el PSOE, con titulares en los que se leía: “Cientos de mujeres se congregan ante el Parlamento Andaluz, justo el día del Debate de Investidura de Juanma Moreno como presidente de la Junta de Andalucía”. Parece ser que la idea era expresar algo en “materia de derechos de igualdad y de violencia de género”.

En este punto, quien les escribe -que ha dedicado parte de su vida a trabajar por la igualdad, la libertad y la dignidad de las mujeres- se plantea hasta qué punto estas manifestaciones, totalmente enfocadas a intentar dañar la imagen de determinados políticos, no están perjudicando seriamente toda la labor que hemos realizado quienes sí creíamos en la igualdad sin colores políticos, en la lucha por el respeto hacia la mujer y en la necesidad de educar desde la infancia para evitar la lacra de la violencia de género. 

Sorprende que las casi dos millones de mujeres que viven en el mundo rural en Andalucía y que llevan años reclamando más oportunidades para emprender, más servicios públicos y más derechos para las mujeres jornaleras que trabajan en el campo, no hayan tenido nunca autobuses fletados por los “socialistas” para defender sus causas.

Sorprende también que esos que ahora se ‘rasgan las vestiduras’ y enarbolan la bandera del feminismo como si fueran los únicos y auténticos defensores de las mujeres, NO se hayan manifestado antes, nunca, en nombre de las mujeres ‘que trabajan en la sombra’ por lo que jamás tendrán: pensiones y ni las ayudas de la PAC. Esos, que tampoco se han preocupado de lo que ocurre en ciudades andaluzas como Córdoba,  donde la brecha salarial alcanza el 39%. 

Ante tanto silencio, ante tanta pasividad histórica, cabe preguntarse: ¿Qué interés hay detrás de esa manifestación ante el Parlamento Andaluz? ¿Hay una preocupación real la situación de la mujer? o ¿Quizás el fin era otro?

Personalmente estoy cansada de las “seudo feministas”, esas que se creen que por cortarse  el pelo a lo ‘kale Borroka’, calzar botas de soldado o ponerse bufandas moradas y medias de cuadros,  se creen las ‘auténticas y únicas’ poseedoras de la verdad absoluta, y con el derecho adquirido de lanzarse “al escrache”, sin pararse siquiera a pensar si están siendo víctimas de la manipulación de determinadas personas, ideologías o siglas políticas como las del PSOE. 

Lamentablemente…así no avanzamos. Así no avanzaremos nunca.