Fin a la crisis sanitaria del Covid

08/07/2023 - 16:24 Redacción

 Nuestro temor, sin embargo, es que lo vivido no haya servido de aprendizaje, de lección. No debemos olvidar apostar por la inversión en ciencia, por los hábitos de higiene que habíamos interiorizado y sobre todo la responsabilidad individual en el uso de la mascarilla

Entre el calor, la constitución de los nuevos gobiernos autonómicos, el inicio de las vacaciones de verano y la pegada de carteles que inicia una nueva campaña electoral en la que se juega- como siempre- el futuro de nuestro país en los próximos años, se ha producido una gran noticia que parece pasar casi desapercibida. Es el punto y final al uso obligatorio de las mascarillas en los centros de salud, hospitales, farmacias y centros sociosanitarios, es decir donde todavía había que utilizarla. Es una gran alegría porque supone la superación definitiva, aunque la enfermedad no haya desaparecido, de uno de los momentos históricos más dolorosos que ha vivido nuestra generación, una pandemia que obligó al confinamiento domiciliario suponiendo la muerte a miles de personas en circunstancias, además, de soledad, sin la compañía ni la despedida de sus seres queridos. Hoy debemos tener un recuerdo hacia los fallecidos, cuantos sufrieron su pérdida y con los que pasaron la enfermedad, en muchos casos con secuelas. También debemos volver a agradecer el trabajo de tantos profesionales y colectivos que hicieron posible la supervivencia en el día a día, y la victoria de la sociedad frente a una situación mundial crítica, en particular el sector sanitario y científico que aportó las vacunas que permitieron doblegar al virus hasta hacer su existencia compatible con la normalidad en nuestras vidas. Nuestro temor, sin embargo, es que lo vivido no haya servido de aprendizaje, de lección. No debemos olvidar apostar por la inversión en ciencia, por los hábitos de higiene que habíamos interiorizado y sobre todo la responsabilidad individual en el uso de la mascarilla que aunque no sea obligatoria debe ser utilizada cuando nos sintamos mal, cuando visitemos a alguien en situación de vulnerabilidad... siempre que el sentido común nos lo advierta.