Primarias en el PSOE

01/04/2017 - 16:30 Pedro Villaverde Embid

Las primarias que tocan ahora significan mucho más que optar por uno u otro candidato, suponen decidir sobre el futuro del propio partido.

Vaya por delante que defendemos la libertad de organización y funcionamiento en los partidos políticos y en general estamos en contra del exceso de regulación. Nos parece desacertado limitar, por ejemplo, el tiempo que debe ser presidente alguien, porque es el ciudadano, a través de su voto, quien debe decidirlo.  Si una organización política quiere que cualquier afiliado con unos avales pueda dirigir la formación si tiene más votos que otro compañero, pues estupendo, si prefiere hacerlo de otra manera, pues allá ellos también. A nosotros, en principio, las primarias no nos desagradan. Son un buen ejercicio de democracia interna, de confrontación de las distintas formas de orientar un proyecto político y son buenas, si una vez concluidas no dejan fracturas y todos reman en la dirección que marque el ganador. O sea, saber ganar y saber perder. El PSOE ya ha vivido varios procesos de este tipo y el resultado no ha sido hasta ahora positivo ni para ellos ni para España. Mala suerte.
            Las primarias que tocan ahora significan mucho más que optar por uno u otro candidato, suponen decidir sobre el futuro del propio partido. La presentación este domingo de Susana Díaz fue una escenificación de la apuesta del socialismo histórico en nuestro país, de las personas que han ejercido el poder, de quienes tienen un mayor bagaje político, experiencia y seguramente criterio.  El PSOE ha sido y es la referencia del centro izquierda, de la social-democracia, un partido de gobierno, capaz de negociar cuando los intereses generales así lo aconsejan con formaciones de derechas o nacionalistas, sin renunciar por ello a sus valores progresistas. Son muchos los que no quieren que pierda el centro, pero también los hay- y las votaciones dirán si son más o menos-   los que le piden que se defina como partido sólo de izquierdas, lo que terminaría en confluencia o dilución, pensamos, con otras formaciones que ocupan  ya ese espacio y que se definen pidiendo que se retire el delito de enaltecimiento del terrorismo, la misa de la televisión pública o reuniéndose con las familias de los agresores de unos guardias civiles. Estamos seguros de que los tres candidatos defienden lo que creen mejor para el partido que llevan en el corazón y deseamos el mejor de los futuros a este necesario partido.