Reservado el derecho de admisión
En un porcentaje elevado de estos sitios públicos, bares, cines, salas de fiesta etc. he observado que no figuran estos carteles por ningún sitio a pesar que existe una normativa vigente que los autoriza.
Seguramente hayamos oído o visto en algún cartel de varios establecimientos públicos la frase “Reservado el Derecho de Admisión”.
Pero ¿Qué es el Derecho de Admisión?: Es un derecho en virtud del cual, la persona titular de un establecimiento o evento se reserva la atribución de permitir el ingreso o permanencia a terceros en dichos lugares, siempre que la exclusión se fundamente en condiciones objetivas para la entrada y la estadía.
En un porcentaje elevado de estos sitios públicos, bares, cines, salas de fiesta etc. he observado que no figuran estos carteles por ningún sitio a pesar que existe una normativa vigente que los autoriza así como su amplio contenido sin exceder los límites de autoridad que se permiten en el “Derecho de admisión”.
¿Se puede denegar a una persona por este derecho de admisión la entrada, sin consumir nada ante la necesidad de orinar, teniendo un gran porcentaje de minusvalía y después de hacerse una ecografía del aparato urinario que requiere la ingesta abundante de líquidos?: Según el Centro de Estudios de Consumo, no se le puede denegar ese derecho de usar los aseos de ese establecimiento en las mismas condiciones objetivas a cualquier usuario y permitir que usen los aseos, que deben tener a disposición del público en general.
La prohibición de utilización del aseo a los que no sean clientes podría ser objeto de infracción grave del titular del establecimiento al poder ser conceptuada de arbitraria, discriminatoria o abusiva la conducta del titular en el ejercicio del derecho de admisión.
Es preciso poner en antecedentes legales al público en general para no llevarnos sorpresas y cometer errores, como cuando pedimos la “hoja de reclamaciones” y nos pueden contestar diciéndonos: ¡No está el encargado para dársela, no tenemos hojas, no estamos obligados, se nos han agotado, no puede reclamar, hay que pagar primero etc.!
Toda esta paraferlalia viene a cuento, de que el que aquí suscribe, en menos de una semana se vio en la necesidad de usar los aseos de dos cafeterías de la capital cuyo nombre quiero omitir por vergüenza torera, y le fue denegado el uso de dichos aseos si no era cliente o no consumía nada, además en uno de los casos me remitieron a los servicios públicos, cuando en realidad no están operativos porque la mayor parte de las veces, están cerrados.
Como decía Cicerón en su obra Las Catilinarias: ¿Hasta cuando vamos a aguantar con nuestra paciencia de ciudadanos honestos, educados en la mayor cantidad de las veces salvo excepciones, si nos niegan algo que por caridad humana nos corresponde?
Siendo yo chaval, recuerdo que a nadie se le negaba un vaso de agua o el uso de un aseo cuando la necesidad apretaba.
¿Qué dirían nuestros antepasados si levantasen la cabeza?.¿Hacia dónde se dirige ésta sociedad consumidora e inhumana que o nos permite realizar necesidades vitales por el hecho de no consumir en ese momento?.¿Es mejor ponernos a orinar en plena calle o en la fachada de esas cafeterías hasta llegar un momento en nos pueda denunciar la autoridad competente por hacer mal uso de la vía pública?
Todas estas preguntas nos las tenemos que contestar cada uno desde nuestro interior. Dejemos por un momento que se sosieguen nuestras conciencias excesivamente escrupulosas, y entremos en una ruleta de sociedad más comprensiva que nos permita mirarnos todos a la cara con respeto y dignidad y no esperando que aparezca la discusión, el disturbio, el mal genio antes de que nadie nos tenga que decir: ¡Oiga, esta “Reservado el derecho de admisión!.