Sé tú el cambio
En el tiempo en que palmeamos tres veces nuestras manos, pasan por un punto concreto de todos los ríos de nuestra provincia 20.000 litros de agua, lo que equivale a 1.728 millones de litros diarios. Es el Bernabeú lleno de agua hasta el último anfiteatro.
Se prevé que la demanda de agua en el mundo aumente en un 55% de aquí a 2050. El incremento de la población mundial supondrá un consumo de recursos cada vez más importante a un ritmo que no nos podemos permitir. En ese escenario, el agua, que es un bien finito, estará sometido a una presión creciente, de hecho ya lo está. Está claro que urge ser mucho más eficientes y equitativos en cómo usamos el agua, con qué fines y para qué destinatarios. En estos tres ejes esenciales para nuestro futuro como especie, se centran los mensajes de concienciación del Día Mundial del Agua 2023, que celebramos todos los años el día 22 de marzo, un día después del Día Mundial de la Poesía. “¡Quién pudiera como el río ser fugitivo y eterno!” dice en uno de sus poemas Dulce María Loynaz. Hermoso verso, pero ¿alguien puede asegurar hoy que los ríos son eternos? Mucho me temo que no.
En el tiempo en que palmeamos tres veces nuestras manos, pasan por un punto concreto de todos los ríos de nuestra provincia 20.000 litros de agua. Lo que equivale a la cantidad de 1.728 millones de litros diarios. Es el estadio Santiago Bernabéu lleno de agua hasta el último anfiteatro, y un poco más. Esa imagen tan impresionante de un depósito de tales dimensiones, nos sobrecoge, pero no es más que el agua que consume la ciudad de Madrid en menos de un día. Es decir, una gran urbe como Madrid se bebe diariamente toda el agua que pasa por los ríos de Guadalajara en un día. Las casas, las fábricas, los hoteles, los aeropuertos, etc.
Nosotros, aquí, en la Mancomunidad de Aguas del Sorbe, consumimos una media aproximada de 100 millones de litros de agua diarios. ¡Tampoco está mal! Es evidente que consumimos mucha agua y debemos de consumir menos.
“Solo cuando se haya cortado el último árbol, haya desaparecido el último pez y se haya secado el último río…, solo entonces nos daremos cuenta de que el dinero no se puede comer ni beber” es un viejo proverbio indio, muy conocido, que no debemos nunca olvidar.
Necesitamos el agua para todo. Para que se críe el ganado, la hortaliza y la fruta que consumimos. Para lavarnos, para hacer pan, para elaborar la ropa. ¡Hasta 10.000 litros de agua se emplean en fabricar un pantalón vaquero! Incluso la elaboración de un teléfono móvil necesita agua. Está claro que si la demanda de productos, el consumo desenfrenado, sigue adelante a tal velocidad, debemos imponernos un uso responsable de nuestros recursos y una defensa de nuestros ríos, de su entorno, en definitiva del agua que nos da de beber. Son asuntos tan sensibles y prioritarios que no debemos dejar en manos del capricho de nadie. Su cuidado y respeto es responsabilidad nuestra, de cada uno de nosotros en nuestra casa, en nuestro trabajo, en nuestros días de ocio. El consumo responsable de agua, la defensa de esta fuente de vida, tiene que ser algo tan aferrado a nuestro ADN como lo son la defensa del derecho a la Sanidad o a la Educación.
El agua es fuente de vida. Siempre lo ha sido. Pero la pregunta que cabe hacernos hoy es si somos conscientes de la importancia de que, en un futuro siga habiendo agua en condiciones de ser consumida. La campaña global del Día Mundial del Agua 2023, “Sé el cambio” alienta a las personas, a cada uno de nosotros, a tomar medidas en nuestras propias vidas para cambiar la forma en que usamos, consumimos y gestionamos el agua.
Estas promesas de individuos y comunidades contribuirán a una Agenda de Acción del Agua que contará también con los compromisos a mayor escala de gobiernos, empresas, organizaciones, instituciones y coaliciones.
Pero no solo eso, hay un vínculo estrecho entre la acción en la esfera del agua y la acción en el ámbito del cambio climático. Cuanto más rápido dejemos de utilizar sistemas de generación de energía que hacen uso de grandes volúmenes de agua, antes podremos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuir la presión sobre el agua.
Para que esto sea así, es imprescindible que midamos cada gota de agua que consumimos (gota que ahorremos hoy es una gota que tendremos mañana) y que cuidemos el entorno natural que la hace posible. En esos dos aspectos, trabajamos diariamente desde la Mancomunidad de Aguas del Sorbe, renovando nuestras redes de conducción para evitar fugas; modernizando los sistemas de control; llevando a cabo campañas de concienciación en el consumo responsable y dando a conocer esos rincones maravillosos por donde discurre el río Sorbe a través de un concurso anual de fotografías y de mini documentales con dron que luego se exhiben en una exposición que este año inauguraremos el próximo 31 de marzo en Azuqueca de Henares. Nuestra intención es triple: que conozcamos el río Sorbe, que lo disfrutemos y que lo protejamos.
El Día Mundial del Agua es una oportunidad única para unirnos en favor del agua. Existe una necesidad urgente de acelerar el cambio, de ir más allá del “sigamos como hasta ahora”, y somos nosotros, cada uno de nosotros, quienes tenemos la obligación de ser protagonistas.