Semana Santa para la responsabilidad
La experiencia de la Navidad que nos llevó de cabeza a una tercera ola que ha causado miles de muertos nos ha de hacer comprender que estamos en unos días de mucho riesgo.
Vivimos la segunda Semana Santa de la pandemia sin procesiones, pasiones vivientes o vía crucis en las calles, con toque de queda y confinamiento perimetral, restricciones necesarias, pero insuficientes si no vienen acompañadas de una estricta responsabilidad o prudencia en los comportamientos de cada una de las personas. Los datos con los que nos hemos adentrado en estos días festivos son de nuevo preocupantes tras tres semanas de ascenso lento pero continuado y la movilidad que conllevan unas vacaciones hace temer otro repunte de la enfermedad con nuevas prohibiciones en perjuicio de todos, especialmente de algunos sectores muy afectados por los ceses o limitaciones de su actividad. Parar esta cuarta ola, o al menos atenuarla, depende en gran medida, de nuevo, como desde el inicio de esta pesadilla, del cumplimiento de las medidas de distanciamiento, higiene y cuidado tantas veces recordadas. La experiencia de la Navidad que nos llevó de cabeza a una tercera ola que ha causado miles de muertos nos ha de hacer comprender que estamos en unos días de mucho riesgo en los que las relajaciones de los hábitos adquiridos y la necesidad de disfrutar del ocio y del descanso nos puede llevar- si lo hacemos sin cuidado- a sufrir retrocesos y consecuencias fatales. Es momento de mantener el rigor, la paciencia, el esfuerzo de privación de lo que sabemos peligroso y colaborar en la aceleración del ritmo de vacunación en la medida que podamos. Hay que resaltar que todos los días, por fiesta que sean, habrá profesionales vacunando en el polideportivo san José y en los centros médicos así como el hecho de que son muy pocos los que no acuden al llamamiento cuando se les realiza. La provincia es preciosa y ofrece muchas alternativas, seguras, como las visitas a los parques naturales u otras actividades, que nos permitirán disfrutar de un turismo interior de calidad, convertido en la mejor opción en esta atípica semana junto a la visita de los pasos procesionales en los templos. Disfrutemos de nuestros monumentos, museos, paisajes y gastronomía con la debida cautela.