Sentido reconocimiento a los integrantes de las cofradías y hermandades
Son días de muy intensa actividad para los miembros de cofradías y hermandades. La lluvia está impidiendo salir sus pasos, las lágrimas y la emoción llenan los corazones de cuantos sienten cada una de estas agrupaciones y su historia.
Con el Domingo de Ramos, rememorando la alegre y triunfal entrada de Cristo en Jerusalén, se dio inicio los desfiles procesionales de una Semana Santa, declarada en la capital de Interés Turístico Regional, y con variadas manifestaciones en la provincia, entre ellas algunas pasiones vivientes, que gozan también de la vitola de algún tipo de protección. Varias llevan celebrándose desde hace siglos de manera idéntica. Belleza en las imágenes, colorido en los hábitos, solemnidad en los desfiles, espectáculo artístico digno de contemplar, expresión de la fe de un pueblo mayoritariamente cristiano que en estos días saca su devoción y el amor a la cofradía o hermandad a la que pertenecen- muchos por tradición familiar de décadas y décadas- a la calle, para compartir un momento de emoción para el que llevan preparándose durante meses, en particular cargadores o costaleros, que protagonizan los instantes más intensos, soportando sobre sus hombros y rodillas el peso de los cientos de kilos de la carroza. Todos renuncian a las ruedas que harían más fácil la entrada o salida del templo y el trayecto, e incorporan bailes de la imagen- realmente bonitos en los encuentros con otras tallas- , así como elevaciones al cielo. El silencio, el respeto, las cámaras fotográficas inmortalizando la escena, potencian el sentimiento que cada oferente lleva en su corazón, bien desde el esfuerzo físico de la acción, bien desde la contemplación admirada entre un público, sin el cual no existiría ese esplendor que aporta todavía mayor boato.
Las lluvias están impidiendo estos días casi todas estas manifestaciones a lo largo y ancho de la provincia y del país. Muchas de las procesiones no pueden vivir la esperada, durante todo un año, ocasión y deben conformarse con distintos actos en el interior de las respectivas iglesias a las que pertenecen y en el mejor de los casos algún recorrido acortado, pero aún así sentimos con ellos la razón de ser, el sentido, la esencia de su fe. Hoy, en el día más importante del calendario cristiano, con la tristeza por la lluvia que está aguando los desfiles- aun sabiendo que es un regalo del cielo-, queremos manifestar un sincero reconocimiento a los miles de cofrades, costaleros, cargadores, hermanos, juntas directivas e integrantes de todas las cofradías y hermandades de la provincia, que gracias a su empeño, ilusión y trabajo hacen posible que la tradición se perpetúe a lo largo del tiempo con un relevo generacional que parece garantizado. Es nuestra cultura, nuestras raíces, nuestra idiosincrasia y desde las administraciones y la sociedad civil debemos ponerlo en valor, promocionarlo y apoyarlo.