SOS por Palazuelos

04/08/2019 - 17:15 Luis Monje

Tal vez esta llamada debería haberla hecho hace tiempo.

Quizá esta llamada de atención hacia el castillo y murallas de Palazuelos, el pueblo de mi familia, declarado Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural, por la Junta de Comunidades, tendría que haberla hecho hace tiempo porque un pueblo así, que parece trasplantado desde la Edad Media, merece toda clase de ayudas y atenciones, porque por algo se le conoce por “la pequeña Ávila,” tal vez el único pueblo de  España, después de la capital leonesa, que conserva íntegro el cinturón de sus murallas y el castillo adosado al noroeste. Para ser exactos en la descripción hay que señalar que un tramo de unos cincuenta metros fue derribado por los franceses durante la Guerra de la Independencia para impedir que allí se refugiara la guerrilla de El Empecinado y otro tramo de semejante longitud se vino abajo durante la Guerra Civil española de 1936 a 1939 vencido por la humedad de las laderas del Monte. Pero lo cierto es que, aparte de la malhadada restauración parcial por sus nuevos propietarios del castillo adquirido en la subasta de castillos que hizo el Estado en el siglo XX, las murallas de Palazuelos nunca recibieron la menor subvención para consolidarlas e impedir su deterioro evidente.

Y resulta incomprensible que con un buen cronista municipal en Sigüenza, del que Palazuelos es pedanía, el Dr. Gómez- Gordo, y un excelente cronista provincial, Dr. Herrera Casado, y una competente Comisión Provincial de Monumentos, entre todos no impidieran que se abriesen ventanales siendo un castillo de muros herméticos cuyos moradores tendrían que subir a los adarves para contemplar el exterior. El SOS del título pudiera parecer exagerado si no fuera porque recientes desprendimientos en la muralla, concretamente en la Puerta de la Vega, la más accesible, han obligado a cerrar su uso. Así empezó a advertirse la anunciada ruina del torreón de Séñigo, del siglo XII, en el camino de Palazuelos a Sigüenza, tan antiguo como la catedral y tres siglos más que las murallas de Palazuelos, y, aunque repetidamente anuncié su mal estado con artículos en ABC, Nueva Alcarria y la Vanguardia de Barcelona, nadie respondió, salvo la Dirección General de Arquitectura, ofreciendo sus servicios técnicos a última hora, por lo que la única torre civil de la provincia se derrumbó durante las fiestas de Sigüenza vencida por los siglos y el abandono. Y yo no quisiera que esa vergüenza se repitiera en mi pueblo.