1º de mayo y cifras de paro

30/04/2011 - 12:43 Victoria Lafora

Mientras los dos grandes partidos (ahora se ha sumado también el PNV) siguen enfrascados en tirarse los trastos a la cabeza por la lucha antiterrorista, a los españoles lo que de verdad les preocupa es el paro. Los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) son demoledores: no se alcanza la cifra de cinco millones de parados, pero se roza. Y aún hay más, el noventa por ciento de los que pierden su empleo tienen menos de treinta y cinco años y la tasa de paro juvenil alcanza al cuarenta y cinco por ciento de este segmento de población. Con estas cifras, insólitas en el resto de socios de la UE, los sindicatos se enfrentan mañana al Primero de Mayo. La manifestación, encabezada por los líderes de las dos principales centrales UGT y CCOO, se celebra en Valencia y su lema será "empleo con derechos y contra los recortes sociales". Lo cierto es que el lema está muy bien; por pedir que no quede. Pero la pregunta es ¿a quien le piden el empleo los sindicatos? y ¿para quién? La EPA deja claro que más de dos millones de personas llevan dos años infructuosos de búsqueda de empleo; y que se confía más en las relaciones personales, en los amigos, para conseguir el ansiado puesto de trabajo. Dado el giro conservador que, en políticas sociales y de empleo se está produciendo en Europa, los sindicatos deberían hacer una profunda reflexión sobre cual es su papel en la defensa de los trabajadores y de los parados (que algún día volverán a ser cotizantes y votantes de sus organizaciones). El seguimiento poco entusiasta, tanto de la huelga de funcionarios como de la huelga general convocadas recientemente, es una llamada de atención sobre el desencanto de un sector de los empleados que no se sienten ni representados ni defendidos por los sindicatos de clase. Que decir de los parados que han visto como eran despedidos en masa sin que UGT y CCOO consideraran necesario convocar una huelga para parar la sangría. Las manifestaciones del 1º de Mayo son el recuerdo del siglo XX, como lo son los lemas y las banderolas al viento. Vivimos en el siglo XXI, el de la tecnología, la comunicación global, las redes sociales. Los trabajadores que aún conservan sus puestos de trabajo necesitan unos sindicatos mucho más enérgicos frente a casos como el de Telefónica que pretende despedir al veinte por ciento de su plantilla, teniendo beneficios. Los parados exigirán a los sindicatos mayor iniciativa en las ayudas a la búsqueda de empleo y mayor solidaridad frente a esa tasa de empleo juvenil que ahora ignoran.