A destiempo

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

APUNTES
Las declaraciones del vicepresidente Solbes, dando a entender que no concurrirá a las próximas elecciones generales, no suponen tanto una sorpresa sobre la continuidad del jefe del equipo económico del Gobierno, dado que el presidente Rodríguez Zapatero ya se tuvo que emplear a fondo para asegurar que repetiría en el cargo.
Pero sí lo es por la inoportunidad del momento escogido por Solbes para hacer pública su confidencia, cuando arrecian los obstáculos derivados de una crisis que fue, justamente, la razón de peso que le llevó a proseguir con la cartera de ministro. Resulta inevitable que la verbalización de sus intenciones de renunciar a unos nuevos comicios acabe generando una incómoda y perjudicial sensación de interinidad, aunque la cita con las urnas esté prevista en el hoy lejano 2012. Precisamente lo distante que está esa fecha en el calendario permitía a un político tan veterano como Solbes haber soslayado una cuestión que afecta al núcleo de la acción del Ejecutivo, añadiendo a las dificultades para gestionar la crisis económica las que se deducen ahora de las tan sinceras como irresponsables manifestaciones del vicepresidente.