A la altura de las circunstancias

25/05/2011 - 00:00 Redacción

 
Según aseguran los que mejor la conoce, si por algo se caracteriza Mª Dolores de Cospedal es por saber mantener los pies en el suelo. Incluso ahora, cuando debería estar celebrando por todo lo alto su triunfo en Castilla-La Mancha se limita a pedir a sus compañeros de partido “prudencia, mesura y altura de miras” tras ganar el pasado domingo las elecciones en la región y poner fin a 28 años de gobiernos socialistas. Así lo hacía ayer en el Comité Ejecutivo regional en el que la recién elegida presidenta castellano-manchega hacía, no sólo un balance de los buenos resultados obtenidos, sino que planteaba las líneas básicas sobre las que los populares deben comenzar a trabajar. Cospedal pedía a los suyos que hagan un ejercicio de responsabilidad y les recordaba que aún hay muchas cosas por hacer y que el PP “siempre” ha sido un partido que ha demostrado ser responsable y es por ello que ahora hay que dar el “do de pecho”, les advertía. Con la mirada más allá de los comicios que ya han quedado atrás, la popular se ha metido en harina y ha puesto deberes a sus compañeros de partido dejándoles claro que lo primero es ayudar a la recuperación de la región y “hacer entender a los ciudadanos que hay que trabajar todos juntos”. No en vano, ha sido la primera en remangarse y en comprometerse a trabajar por aquello que se convertía en su principal lema de campaña: conseguir favorecer el empleo y la mejora de la economía de la región. La dirigente popular apuntó que “solo con la lucha de toda la sociedad, y con un partido que apoye a un gobierno fuerte y solvente, podremos salir de la crisis”. Para ello ha tendido la mano a toda Castilla-La Mancha, a los socialistas y al resto de partidos políticos para trabajar y conseguir “lo mejor para nuestra tierra”. A los populares les toca, ahora, ser responsables de la confianza que les han depositado los ciudadanos a través de las urnas, a los socialistas favorecer una transición sosegada. Esperemos que unos y otros estén a la altura de las circunstancias.