A por la remontada

04/05/2013 - 00:00 Pedro Villaverde Embid

  
  
  La festividad del 1º de mayo y la celebración de los mayos en numerosas localidades de la provincia, incluso en la propia capital en el santuario de la Virgen de la Antigua, son el preámbulo a la llegada de la deseada primavera en lo que a lo climatológico se refiere. “La primavera, la sangre altera” dice el refranero y el ánimo ha estado muy alterado esta semana, gracias, primero, a Rajoy que pidió paciencia al tiempo que aportaba datos poco alentadores sobre la salida de la crisis, y por esa doble cita futbolística con los equipos alemanes en busca de la final española tras las debacles de los partidos de ida. No pudo ser. De estos encuentros nos quedamos con el espíritu de lucha, ilusión y unidad por una causa casi imposible, pero al grito de “si se puede”. El resultado casi es lo de menos, aún siendo lo de más.
 
  Ese esfuerzo, esas ganas, ese coraje, ese orgullo es el que tenemos que reunir todos los españoles: políticos, trabajadores, empresarios y desempleados para remontar la goleada que el desempleo nos ha encajado. Entre pensionistas y parados casi hay el mismo número de millones de personas que de población activa y eso estando sobredimensionados a nivel de administraciones públicas. La situación personal de muchos es dramática y la colectiva de emergencia como se ha dicho estos días. El Gobierno debe convertir sus objetivos en un proyecto de todos, que al menos en las líneas más generales cuente con el agrado del resto de las fuerzas políticas, y la sociedad en su conjunto. No hace falta ningún gobierno de concentración pues hay suficiente mayoría, talento, fuerza e ideas en el que ganó las elecciones para sacar adelante el país, pero si es precisa una mejor comunicación de lo que se hace, una imagen de mayor transparencia, una contundencia total contra la corrupción que todo lo ensucia y crispa aún más, una mayor sensibilidad con quienes más sufren sin tener la culpa de lo que ocurre. La gente exige entendimiento entre los políticos, soluciones pactadas, menos demagogias y enfrentamientos, más responsabilidad. Juntos, sí se puede.