A una ciudad irreductible

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por:
Cartas al director
SEMINARIO DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL / Guadalajara
Un año más, un Maratón más. Un Maratón pasado por agua como ninguno, un Maratón frío como ninguno, y nuestra ciudad como si nada: contando y escuchando como si la primavera fuera plácida y complaciente. Emociona ver que, aún cayendo chuzos de punta, no hay nada que detenga a la ciudad maratoniana. Emociona ver que todos cuantos se han comprometido a contar acuden fieles a su hora y que siempre están acompañados por alguno de esos que se adjudican la importante tarea de escuchar. Es como si hubiera en la ciudad un pacto no escrito para no dejar solos a los que cuentan, como si hubiera un eficiente turno no organizado para recoger todas las palabras, todas las historias que salen de la boca de los narradores.

Alguien ha comparado en este Maratón a Guadalajara con la aldea de Asterix, y es una comparación certera. Como en esa aldea, Guadalajara en el Maratón vence orgullosa todas las dificultades. Y como en ella, todas las personas tienen un papel importante: los más de doscientos voluntarios que trabajan duro en todo tipo de tareas, los técnicos que tienen que luchar contra los elementos, los cientos de contadores, los miles de escuchadores (incluidos los que oyen los cuentos por la radio), las autoridades y la gente de a pie, los abuelos y los nietos, los colegios, las asociaciones, los niños, los mayores, los párrocos, los policías, los periodistas, los bibliotecarios… El Maratón hace muy visible durante un fin de semana el verdadero capital de esta ciudad, que es su gente. Una gente que se une aunque caigan chuzos de punta para seguir haciendo una fiesta única y maravillosa.

A todos y a todas, enhorabuena y muchísimas gracias. Al año que viene lo haremos otra vez, todos unidos.