A ver si de una vez podemos ir a votar

11/04/2011 - 00:00 Antonio Pérez Henares

 
   Tengo la creciente impresión de que el personal está cada vez más harto de oír hablar a los políticos y que quiere hacerlo ellos donde toca, que es en las urnas. Nada de encuestas, ni de estudios de opinión ni de prospectivas de encargo. La ciudadanía votando y a ver que sale y que opina. De entrada en las comunidades autónomas donde toque y en todos los ayuntamientos. Luego a mi no me importaría que más pronto que tarde fuéramos a generales y saliéramos de una vez de este marasmo. Porque esto no hay quien lo aguante, ni en lo político ni en lo económico. Pero ahora estos cuarenta días que nos quedan hasta el 22-M van a ser atroces.
    Los unos paseando a Zapatero como al insepulto cadáver de Felipe el Hermoso, la parroquia gritando presidente a tres al mismo tiempo, a uno que tiene fecha de caducidad (a la fuerza ahorcan) y los otros que tienen camino de no serlo, jugando a regañar a los "hijos" de ETA desde Madrid y a ser comprensivos por Euskadi. Esos los unos, a los que no les llega la camisa al cuerpo y cuya aspiración máxima se resume en un: "virgencita que me quede como estoy". Los otros que aspiran a dejarlos sin camisa también llevan lo suyo. Quieren hablar del escándalo andaluz pero que no les hablen de valenciano, se les ha liado una parda con el oso Cascos en Asturias, saben que se la juegan en Castilla-La Mancha donde si Cospedal no gana tendrá que hacer dos maletas. Y los dos no van a aparar de mitinear un instante. Ni uno solo.
   La Real Academia debiera incluir este término con claro matiz peyorativo que explicara que es manera de vocear de políticos sin demasiada sustancia y mucho vituperio al enemigo. Y no estamos para mítines con lo que llevamos pasado. Ni para encuestas que ya no hay por donde coger ninguna y hasta parecen el mundo al revés. En una la del periódico que pudiera situarse en el lado opositor, aunque su mayor inquina se la ha reservado siempre a Rajoy, se descuelgan afirmando que el mero hecho de anunciar que Zapatero ya no será candidato ha rebajado la distancia de 14 a 7 puntos. Hombre, si Zapatero se hubiera ido en verdad de algo, pudiera tener un pase, pero es que Zapatero de nada se ha ido de donde no fueran a patearle las urnas en 2012. El espejismo ha durado lo que los datos del paro. La sorpresa no es en realidad mucha.
   En realidad y en unas generales la distancia más real puede oscilar alrededor de ese porcentaje y menos en esos 15 puntos de desventaja. Un alto porcentaje es un supuesto abstencionista que a la hora de la verdad vota por "los colores" aunque lo hayan hecho de pena. Pero resulta que mientras que el diario de Pedro J. intentaba meter miedo en el cuerpo al PP, fue la cadena SER y el País, los presuntamente afines al gobierno y a la izquierda socialista quien decía inmediatamente lo contrario. El anuncio de retirada ZP aumentaba la distancia a 12 puntos. El Sermómetro no es precisamente territorio o afín al PP. ¿Entonces que han medido el uno y que ha medido el otro?. O que vara de medir es la que han empleado, que a lo mejor es donde está la clave del dispar resultado. O sea, que un lío y nada claro. Entre voces de mítines a ver si llega cuanto antes mayo y el 22 votamos. Que hace falta alguna verdad en el país y las gentes suelen decirlas con sus votos.