A vueltas con el patriarcado

13/12/2015 - 23:00 Adela Somolinos

Ir por la calle y que te recuerden a voces cómo es el color de tu pelo, pasar por una obra y que te digan que te van a meter “no sé qué” por “no sé dónde” y te aseguren lo mucho que te va a gustar; que tu hija, que va a un Colegio Público, te comente que en el recreo no le han dejado jugar al fútbol sus compañeros porque es un juego de niños; o que se utilice el término “nenaza” como insulto,... son ejemplos de cómo el heteropatriarcado en sus diversas formas, unas más violentas que otras, está instalado en la cotidianeidad que vivimos. Todos y todas nos hemos acostumbrado a oírlas y/o a padecerlas desde la infancia, algunas han sido asumidas como normales, formando parte del paisaje de un país que despertaba del franquismo con películas de Esteso y Pajares y que ahora se mueve a ritmo de reggaetón. Una vez contextualizado el patriarcado, creemos que es lamentable que en el debate electoral que tuvo lugar en la Televisión Pública el único que lo cuestionara fuera Alberto Garzón Espinosa, nuestro candidato de Izquierda Unida – Unidad Popular. No practicó demagogia con niños y niñas, pulseras, ni custodias, se limitó a señalar que “La violencia machista se da porque se ampara en el patriarcado, para solucionarla, primero hay que reconocer que hay opresión sistémica hacia las mujeres”. Es necesario incorporar a la ley integral “otras formas de violencia contra las mujeres”, no solo la física sino también la “violencia económica, sexual, y prostitución”, propuesta que entre muchas otras va en nuestro programa de Izquierda Unidad - Unidad Popular. No debe ignorarse que el pilar fundamental que sustenta la violencia de género es la desigualdad, porque nosotras hemos salido a la calle pero ellos no han entrado en casa, y es necesaria la existencia de leyes la regulen, y lo que es mucho más importante, es imprescindible crear una conciencia social de igualdad que transforme la cultura patriarcal y sexista que aún existe. Porque la conciliación debe ser cosa de hombres y mujeres y no sólo de mujeres, porque ¡La revolución será feminista o no será revolucióon feminista o no será!.