A vueltas con la droga
13/03/2014 - 23:00
Me pareció escuchar por la radio hace algunos días que, más pronto que tarde, se pondría en práctica el control para los conductores no sólo de alcoholemia, como ya se hace, sino el de otro tipo de drogas a cargo de la autoridad competente; pero un control relacionado, debí entender, con el consumo de medicamentos de uso corriente que perjudican la acción de conducir, disminuyendo de modo considerable los reflejos, la atención, y otras habilidades tanto físicas como psíquicas, necesarias para la conducción responsable de vehículos. Tampoco he vuelto a saber a ese respecto nada después. Reconozco que entre los muchos defectos y carencias que uno suele encontrar en sí mismo, jamás tropecé con algo que lamentar en tal sentido referente a mi persona, tampoco en personas afines ni en las que habitualmente forman mi entorno.
En cambio, me está interesando el asunto desde que he leído, con datos procedentes de la SAMHSA (Substance Abuse and Mental Health Services Administration), que el consumo de heroína en los Estados Unidos aumentó en un 80 % durante los últimos cinco años, y las muertes por sobredosis en un 60 %; habiéndose hecho extensivo el consumo a pequeñas poblaciones y a urbanizaciones de todo el país. En un epígrafe a manera de titular se advierte que algunas sustancias legales, con referencia expresa medicamentos contra el dolor principalmente, causan en aquel país seis veces más muertes que la heroína, hasta el punto de que existen partidarios en favor de la legalización de esa droga, alegando que por lo menos estaría controlada la composición del producto, ya que el adicto que la adquiere en la calle ignora la pureza de lo que compra, por lo que gran parte de ellos mueren de sobredosis.
Teoría que no se cumple, puesto que como respuesta viene el abuso de calmantes compuestos de opiáceos y otras sustancias psicoactivas, adquiridas en las farmacias con prescripción médica, que multiplican por seis el número de víctimas en relación con las que venía produciendo el uso ilegal de la heroína. Que el componente de muchos de los medicamentos que consumimos ordinariamente resulta nocivo para la salud, es cosa que todos sabemos.
En los prospectos se advierte esa cualidad y de ahí que el consumo se lleve a término según lo ordenado por el médico. En otros, los menos, se informa de que no se debe conducir vehículos en un espacio de tiempo determinado, advertencia que me temo son muy pocos los que lo toman en consideración, entre otras razones porque casi nadie lee los prospectos, hecho que se agrava cuando se practica la automedicación, costumbre harto habitual, y cada vez más frecuente.