Abajo la bolsa y el euro

La bolsa española ha sido una de las más castigadas esta semana. El IBEX se ha dejado casi un 2,5 por ciento y no logra cerrar en los 10.700 puntos. Los rumores, desmentidos, de que Grecia no sólo pretende reestructurar su deuda, es decir alargar plazos, bajar tipos de interés o incluso hacer una quita, sino que además las autoridades estarían pensando sacar el país del euro, ha sido el catalizador para una mala semana. También hay que anotar el descuento de los dividendos abonados por Telefónica y Bolsas y Mercados. Como consecuencia de los rumores sobre la economía griega se ha desatado una espiral de caída del euro que ya se acercaba a un cambio de 1,50 dólares. También las materias primas, especialmente el petróleo, han visto caer su cotización hasta los 112 dólares el barril. La muerte de Bin Laden, confirmada por sus propios correligionarios, también ha tenido su impacto en los mercados. En realidad, parece que los inversores no saben muy cómo valorar este hecho y las amenazas lanzadas por los terroristas. Pero, la verdad es que la semana ha sido un tanto loca. En medio de todo este desconcierto por la sucesión de noticias no hay que olvidar el acuerdo entre Portugal y la Comisión Europea para su rescate. El plan de ajuste es durísimo y, aunque los portugueses parecen resignados, les esperan años difíciles, de sacrificios intensos que pasa por impuestos, salarios, pensiones, servicios públicos. Nada ha quedado al margen de los ojos de Europa para que Portugal reciba los fondos necesarios para tapar los agujeros. En España, no sólo conocimos los efectos de los datos, malísimos, de la EPA. También los de paro registrado que desestacionalizados y sin maquillajes, son realmente preocupantes, ya que el paro habría aumentado en 7.000 personas. En cuanto a las afiliaciones a la Seguridad Social, por las que el Gobierno ha echado las campanas al vuelo, encierran más de 20.000 que son públicos. El viernes el Banco de España publicó el dato de PIN del primer trimestre según el cual la economía española habría crecido dos décimas, un 0,7 por ciento interanual. Las exportaciones y el turismo estarían detrás de este pobre crecimiento. Desde luego ninguno de estos datos son esperanzadores y menos cuando una semana más seguimos sin ver ninguna medida encaminada a corregirlos.