Adaptarse a cada estación
Ahora llega el letargo, la melancolía, la soledad, la tristeza que conlleva el otoño, aunque es también momento de reencuentros en variados actos y de disfrutar del hogar siempre cálido.
Cuando esto escribimos acabando casi noviembre caemos en la cuenta de que los días pasan y el tiempo parece seguir huyendo no sabemos de qué.... El invierno, ese tiempo propicio para la meditación que escribiera alguien, ya está llegando. Pero como siempre hemos de mirar hacia delante sin dejar de mirar donde pisamos, queremos hoy dedicar unas líneas una vez más a ese paso impertérrito del tiempo. No nos detendremos en describir esas para muchos idílicas estampas de la nieve cubriendo las montañas que ya empiezan a verse, ni siquiera ponernos serios recordando la situación triste que vivimos tras una dramática dana que ha dejado en nuestro país más de doscientos muertos y una estela de destrucción que llevará mucho tiempo recomponer. Si ya el pensador escribió aquello de “si quieres ser feliz no analices, muchacho, no analices” no vamos nosotros ahora a meternos en camisa de once varas, como dice el vulgar refrán. Hoy, con las calles y muchos establecimientos ya adornados para las próximas fiestas navideñas- los supermercados ya llevan más de un mes- en una invitación al consumo, parece que queremos adelantar el invierno y disfrutar desde pronto del mayor de sus encantos, estas entrañables fiestas.
Quiero aquí tener un recuerdo hacia ese pequeño pueblo que me vio nacer, pues en este tiempo apenas tiene población, aunque si momentos puntuales de repunte gracias a su dinámica asociación de hijos y simpatizantes. Así ocurre igualmente en muchas pequeñas localidades de esta amplia y dispersa provincia donde los pueblos quedan para el verano y los tiempos de vacaciones. Ahora llega el letargo, la melancolía, la soledad, la tristeza que conlleva el otoño, aunque es también momento de reencuentros en variados actos y de disfrutar del hogar siempre cálido. Cada estación sin duda tiene su encanto y solo seremos relativamente felices si nos adaptamos a lo que en cada momento toca.