Adiós a otro antiguo ‘vecino’ del casco histórico

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Ortiga
Poco a poco, el casco histórico se va quedando sin sus vecinos más antiguos y distinguidos, viejas casonas que han visto pasar el tiempo durante mucho más tiempo que sus propios huéspedes y propietarios. El turno ahora es el de la antigua casa de Tomás Camarillo, el querido fotógrafo de la provincia, situada en la cuesta Luis de Lucena, en la esquina con la calle Miguel de Cervantes, justo al lado de la plaza del Jardinillo y de la calle Mayor.
A pesar de ser un bonito ejemplo del racionalismo constructivo, obra del que fue arquitecto municipal en la capital durante la II República, Mariano Rodríguez-Avial, el edificio no está protegido, y tampoco su valor sentimental se interpondrá ante las máquinas de demolición. De hecho, hace años que la vivienda no es propiedad de la familia de Camarillo, pues su sobrina y heredera, Julita, se vio obligada a venderlo antes de su muerte. De esta forma, el centro de la capital se va quedando sin los edificios que hacían de él precisamente el casco histórico, por la historia que albergan todas estas edificaciones. En lugar de haber sido un bonito museo del autor, la casona se convertirá en un nuevo edificio residencial.