Agustín González

Por Pedro Villaverde Embid

En estos días un pintor de la tierra, Agustín González, en concreto nacido en Cendejas de la Torre, ha donado al Ayuntamiento de Sigüenza un retrato del monarca, Felipe VI. Resalta por su hiperrealismo, característica, junto a la luminosidad,  identificativa de la pintura de un artista que luce cinco de sus obras en la colección privada de la baronesa Thyssen y otro en su museo. Quienes, desde el pasado 17 de agosto, visitan la ermita de San Roque, en la ciudad del Doncel, salen admirados de la belleza de unos cuadros que parecen fotografías por el alcance que logra en el detalle de cuanto capta con el pincel. Es un realismo extremo, una perfección total del dibujo, que nos mete de lleno en Madrid, Toledo, Sigüenza, Guadalajara o hasta Nueva York, alguno de los lugares pintados. La sombra de un vehículo o un edificio, las irregularidades de una pared o de la piedra de un monumento, un anuncio publicitario, el ondear de una bandera, el paisaje urbano desde un autobús o un simple ramo de flores. Todo es reflejado de manera espectacularmente real. 

    Entramos en esta sala porque alguien enamorado del arte nos dijo que no podíamos dejar de verlo y acertó. La sensación no pudo ser mejor. Difícil de entender es como este hombre que cursó estudios de dibujo en Sigüenza en 1970 no empezó a ser relevante hasta cuarenta años después y apenas haya realizado exposiciones en su tierra, la provincia que le vio nacer. Hace poco escribimos sobre pintores de la provincia y no le citamos, simplemente, porque no le conocíamos. Hoy enmendamos esta omisión y felicitamos a la asociación cultural Sigüenz(A)rte, y patrocinadores, por la muestra que finaliza este domingo, nos quitamos el sombrero ante el artista como reconocimiento y sugerimos a nuestros lectores que pasen y disfruten de esta experiencia sensorial.