Ahora

25/09/2018 - 10:59 Jesús Fernández

 Y ahora ¿qué? podríamos preguntarnos ante el panorama desolador de la política. Ahora la ética, podríamos responder ante tanto abuso, corrupción y egoísmo de los gobernantes. Algunas formaciones políticas se han acogido a esta circunstancia temporal para significar y denominar sus intenciones y proyectos políticos. Sin embargo, “ahora” en ellos suena como un grito, un toque, un arrebato, un asalto al poder, al Estado. Sólo les interesa el ahora de su existencia y ambiciones, el hoy de la sociedad matriculada o adscrita, de la democracia convencional. No piensan, no ponen  las luces largas de las generaciones. Sólo para sus futuros votantes. Nichos, bolsas, sucesión de amigos.    

Existen muchos procesos ocultos en los partidos. Veamos algunos. Muchos partidos han utilizado la llamada indignación temática. Los partidos políticos plantean o explican mal el tema de la protesta y de la indignación ciudadana pues son ellos quienes la encargan y la encarnan. La sociedad efervescente e indignada la crean los partidos mismos. Los sectores, las masas, la calle hace de quitanieves. La genealogía de la protesta se produce así. Cuando un grupo o formación política quiere sacar adelante un tema, aprobando una ley por intereses partidarios, manda “calentar” a la sociedad por medio de sus terminales informativas (periódicos, radios y televisiones) y propagandísticas. Entonces aparece un grupo, un sector de población (el quitanieves) que reivindica ese objetivo coincidente con los intereses del respectivo grupo político. En ese momento  se presentan  ellos, en actitud mesiánica y se ofrecen para solucionar dicho vacío reivindicativo. De esa forma, los grupos se proclaman como solución y respuesta de las reivindicaciones de un sector social previamente amamantado por ellos. 

Por otra parte, tienen razón aquellos que piensan que la democracia de los partidos es un “ahora” que pasa veloz. Del mañana, del futuro,  no podemos saber nada,  no hay predicciones, como sucede con el tiempo. ¿Qué imagen de la democracia se ofrece ahora? ¿Dónde están los antiguos y viejos protagonistas? A esos triunfadores de hoy, a esos dioses de “ahora” les va a pasar lo mismo. Pasan. ¿Quién hablará de ellos? ¿Puede el populismo y la demagogia crear esas expectativas de futuro en la población? Mariposa es el poder, que diría el poeta. El mundo y Europa están llegando a ser otra cosa. Por lo demás, ninguna protesta, ninguna oposición tampoco serían buenas para la democracia 

Así, la atracción de la democracia sigue viva y adelante pero la indecencia de la corrupción también. El pueblo se ve avocado a elegir entre el mal menor, o sea, la corrupción menor. ¿Y ahora qué? Ahora la ética pero nadie quiere adoptar ese ahora.