Alcaldes de buena madera

09/06/2019 - 13:56 José Serrano Belinchón

Lo mejor para mí de las pasadas elecciones ha sido comprobar cómo los españoles hemos aceptado el juego democrático como algo nuestro.

Apenas han pasado quince días y ya empezamos a ver como lejanos los últimos comicios municipales en los que los españoles nos jugábamos tanto. La vida sigue igual. Ejercicio electoral de puro trámite y como consecuencia, una vez cumplido el rutinario deber de emitir el voto, nos encontramos en el espacio libre, cuatro años por medio, para que el ejercicio se vuelva a repetir. Lo mejor para mí de las pasadas elecciones ha sido comprobar cómo los españoles hemos aceptado el juego democrático como algo nuestro, cómo nos hemos acostumbrado a emitir el voto como un serio deber que ha terminado por echar raíz en la vida del pueblo, siendo de ello un efectivo comprobante el silencio y la carencia de espectáculo de la campaña electoral, en relación con anteriores comicios. Nos hemos dado cuenta, sin que nadie nos tenga que manipular, ni atender futuras promesas que rara vez se cumplen, por parte de los partidos, de todos los partidos. Por sus hechos los conoceréis, es la sentencia bíblica que aquí también se cumple, y que de hecho es razón suficiente para prescindir de cualquier campaña, que por otra parte siempre conlleva un sinfín de incomodidades y de gastos, a los que de una manera o de otra hay que hacer frente y siempre suelen salir del bolsillo de los españoles.

            El tiempo de mandato en las alcaldías suele ser, en los casos que conozco, de ocho o de doce años como término medio, que no está nada mal, si se tiene en cuenta que el de alcalde es, o debiera ser, un camino complicado de recorrer en tiempos de democracia; de ahí que me sorprenda, muy gratamente, cómo en la provincia de Guadalajara han vuelto a ser elegidos por sus convecinos para renovar el cargo, dos alcaldes que bien merecen se les tome en cuenta. Se trata de Mariano Martínez Machón, alcalde de Valdarachas, quien a sus 87 años, habrá cumplido cincuenta y uno de mandato cuando concluya la legislatura que está a punto de comenzar; caso similar se cumple en la persona de Ignacio Gordón, quien está dispuesto a iniciar el tramo que ahora toca, en el que comenzó a caminar en 1979 como alcalde de Matillas. Ambos, si no estoy mal informado, son alcaldes del Partido Popular.

            Nada, muy bien. Sólo me resta felicitarles una vez que he conocido por Nueva Alcarria su decisión, y agradecerles su capacidad de servicio. Ser regidor en el medio rural es un servicio meritorio, que sencillamente reconozco, y como ciudadano de esta España un poco a la ventura, les agradezco.