Alianza reforzada
01/10/2010 - 09:45
La firma por parte de los gobiernos de Venezuela y Rusia de ocho acuerdos sobre diversas materias, entre las que destacan la energética y nuclear además de la cooperación militar escenificada con las maniobras navales rusas en el país latinoamericano, avalan la confluencia de intereses entre dos estados que mantienen algún tipo de discrepancia o rivalidad con EE UU y emergen como un posible polo de poder alternativo.
Porque tras el retórico anuncio de los pactos como producto del fortalecimiento de los lazos de amistad entre ambos países se vislumbra la voluntad de Moscú de enviar un mensaje a la nueva Administración estadounidense advirtiéndole de que si traspasa su patio trasero con un marcado intervencionismo en cuestiones como el conflicto con Georgia, el refuerzo del escudo antimisiles o la ampliación de la OTAN a los países del Este, Rusia responderá tratando de acotar el margen de maniobra estadounidense en su propia área de influencia. El resurgir del nacionalismo ruso supone un desafío para la diplomacia de Obama, pero también interpela a aquellos gobiernos moderados de Iberoamérica que se resisten a emular el radicalismo de Hugo Chávez.