Amores tornadizos
Una publicación digital puntera sobre psicología y desarrollo personal asegura que “no todas las amistades son para siempre, algunas también caducan”.
Los expertos sostienen desde hace siglos que el amor se desvanece. A veces no dura ni una noche. El INE, hasta ahora hijo de la Constitución, constata que se han disparado divorcios y separaciones entre los españoles de 60 a 69 años. Casi 12.000 pusieron fin a su matrimonio en 2020. “Antes las personas vivían una sola vida y ahora viven varias. Divorciarse ya no es un estigma. A nivel social está mejor visto”, apunta el sociólogo Mariano Urraco.
Si los amores naufragan, ¿qué no será de los amigos, esa parte de la familia que, dicen, escogemos? “Saberlos conservar es más que el hacerlos amigos”, previno Baltasar Gracián. El sabio casi paisano también tenía claro hace tres siglos que “de los amigos ofendidos salen los peores enemigos: añaden a sus defectos todos los ajenos”.
Una publicación digital puntera sobre psicología y desarrollo personal asegura que “no todas las amistades son para siempre, algunas también caducan”. “No hay nada permanente, las relaciones no son eternas y tenemos que saber dejarlas ir”, abunda la especialista Raquel Aldana.
El 25º aniversario del cruel asesinato de Miguel Ángel Blanco o el proyecto de retrasar la Dictadura franquista a 1984 han puesto sobre el tapete la caducidad de férreas amistades entre políticos, incluso dentro del mismo partido, antes unidos contra el terrorismo y por la Democracia. Destacados exdirigentes socialistas del entorno de González, Guerra o Rubalcaba, como García Vargas, Paco Vázquez, Cosculluela, Javier Rojo, Clotas o Elena Flores, han revelado en un manifiesto que el amor al ideario socialista de Sánchez y su séquito también es tornadizo y volandero, como dijo Bécquer.
Los psicólogos explican que, pasado el tiempo, pocos amigos cercanos mantienen la misma posición de confianza y que menos de la mitad permanecerán a nuestro lado pasados siete años. “Es normal que esto suceda”, sostienen. Comprobamos amistades expiradas en encuentros veraniegos y en duelos llenos de dolorosas ausencias.