Anacronísmo mediático
01/10/2010 - 09:45
El CALENDARIO
PEDRO VILLALAR
Hay que congratularse por el hecho de que los partidos políticos hayan recurrido esta vez a la potencia de los modernos medios audiovisuales para sus campañas, convencidos quizá de que los viejos métodos los mítines, las vallas, los mailings- se han quedado obsoletos, son poco penetrantes y tienen una relación coste/beneficio inaceptable.
Al fin, los grandes hitos preelectorales son los debates en televisión. Pero este paso decisivo no se ha dado completamente: probablemente a causa de una serie de temores atávicos, el formato elegido ha sido desatinado, aburrido, tedioso, soporífero en ocasiones, afectado, inexpresivo. Como ha dicho Luis Mariñas, veterano periodista, no ha habido espontaneidad ni emoción. El planteamiento, tan rígido, ha sido un verdadero anacronismo mediático.
Los debates preelectorales deberían ser otra cosa: periodistas de todas las tendencias preguntando al alimón a los dos candidatos cuestiones de candente actualidad a juicio de los propios profesionales de la información, no de los pretendientes al poder. La agilidad de esta fórmula, que podría a prueba las aptitudes y la capacidad de improvisación de los líderes, reconciliaría a la política con la sociedad.
Los debates preelectorales deberían ser otra cosa: periodistas de todas las tendencias preguntando al alimón a los dos candidatos cuestiones de candente actualidad a juicio de los propios profesionales de la información, no de los pretendientes al poder. La agilidad de esta fórmula, que podría a prueba las aptitudes y la capacidad de improvisación de los líderes, reconciliaría a la política con la sociedad.