Ángel Nieto en Guadalajara

25/08/2018 - 10:42 Jesús de Andrés

 Recuerdo esas mañanas, mediados los setenta, en las que las carreras eran uno de los platos fuertes de las fiestas, 

Si hay un deporte en el que España es potencia mundial ese es el motociclismo. Ha habido años (2010, 2013 y 2014) en que todos los campeones del mundo, en las tres categorías, han sido españoles. Es el legado, sin duda, de Ángel Nieto, el trece veces campeón del mundo, de quien en estos días se ha cumplido el primer aniversario de su desgraciado fallecimiento. Ángel Nieto fue pionero en un deporte entonces minoritario que comenzó a hacerse popular gracias a sus títulos internacionales, el primero de ellos conseguido en 1969. Como él mismo reconoció alguna vez, jamás soñó que el mundo de las motos podría llegar a donde ha llegado, y sobre todo que su fecunda herencia dejaría 48 títulos mundiales para España hasta la fecha.

Los que acumulamos canas y trienios recordamos al piloto zamorano por las calles de nuestra ciudad en alguna de las numerosas pruebas del Campeonato de España de Motorismo, como se decía entonces. El circuito del Balconcillo, un circuito urbano que abarcaba parte del polígono industrial y algunas calles de la ciudad, fue cita permanente durante años, coincidiendo con las Ferias de Guadalajara. Recuerdo esas mañanas, mediados los setenta, en las que las carreras eran uno de los platos fuertes de las fiestas, antes de que llegaran los encierros de imitación. De la mano de mi padre, buscábamos un buen lugar tras las pacas de paja (las “alpacas” de la Alcarria), a poder ser cerca de la curva del cementerio o en la línea de meta, por donde el Brianda. Desde comienzos de los años sesenta se organizaron en Guadalajara distintas pruebas de velocidad de la mano del Motoclub Alcarreño, gracias a la loable labor de gente como Carrasbal, Domarco, Groba, Hernando y tantos otros. En una de ellas, la Subida al Sotillo, ganaría Ángel Nieto por primera vez en mayo de 1965, al poco de debutar. En 1967 ganaría la prueba de Guadalajara del Campeonato de España por las calles de la ciudad por primera vez. En 1969 tendría un incidente tras verse obligado a abandonar la carrera de 125 cc, cuando un grupo de exaltados zarandeó su coche. Hasta bien entrados los setenta, las carreras del Campeonato eran urbanas: Barcelona, Benidorm, Sevilla, Tarragona, Jerez, Denia… Un grave accidente sufrido por Ricardo Tormo precisamente en Guadalajara, en 1975, con fractura abierta de tibia y peroné, fue el detonante para abandonar estas prácticas. Durante algún tiempo, allá por los ochenta, estuvo en el aire la posibilidad de construir un circuito de velocidad en Guadalajara, por Albolleque, en pleno Corredor, pero fue una oportunidad perdida que otros supieron aprovechar mejor. Ángel Nieto volvió por aquí por negocios y placer, también cuando recibió su peso en miel. Al poco de morir recibió por parte de los aficionados alcarreños un homenaje que demostró el gran aprecio que se le tenía.