Año de nieves

13/02/2014 - 23:00 Pedro Villaverde Embid

Estampas preciosas de los más bellos paisajes y monumentos de la provincia cubiertos de blanco han llegado a nuestros móviles y han circulado por las redes sociales tras las espectaculares nevadas de los últimos días que son el resultado del enésimo temporal de un invierno muy frío que ha conllevado, además de bucólicas imágenes, numerosos problemas. Guadalajara, con 65 incidencias al 112, ha sido la provincia que por acumulación de nieve en carreteras y vías urbanas, más avisos ha registrado de la región obligando a la activación del llamado Plan Específico por Fenómenos Meteorológicos Adversos del Gobierno regional. Hasta veinte centímetros de espesor por el entorno del castillo de nuestra querida Sigüenza dicen desde su Ayuntamiento que cayó. Las brigadas municipales tuvieron que emplearse a fondo y con todos sus efectivos para permitir el tránsito por las calles y la seguridad vial. Otras localidades, más pequeñas y con menos medios, han tenido que sufrir más tiempo los inconvenientes del temporal e incluso ha dado pie a la contienda política para analizar la rapidez en la actuación de los diferentes dispositivos, puro oportunismo y demagogia.
Recordamos, cuando oímos las quejas y los tonos sorprendidos de lo que no deja de ser un invierno, las anécdotas que contaban nuestros abuelos de cómo andaban con la nieve hasta las rodillas por las calles y campos de Huertapelayo y como ellos mismos retiraban como podían el manto blanco de sus puertas y caminos. No corría entonces la Diputación con grandes máquinas en su ayuda, ni tenían calefacción en casa, ni existía el 112. Afortunadamente los tiempos han ido a mejor en este sentido, pero la naturaleza es parecida y el lunes, ese mismo Huertapelayo quedó incomunicado por nieve, ahora sin apenas gente en sus casas. Me ha gustado, confieso, ver caer nieve en Guadalajara y poder hacer algún copo con la acumulada encima de un capó, me ha emocionado ver totalmente cubierta de blanco la plaza Mayor de Sigüenza o las escaleras de acceso a la iglesia de Cifuentes donde se casaron dos de mis mejores amigas y he sonreído al ver un hombre esquiando por las calles de Horche. Pese a los muchos inconvenientes, es bonito. Además, año de nieves, año de bienes.