Apoyo a la juventud

No en vano, este Plan beneficiará a cerca de 600.000 jóvenes castellano-manchegos de entre 15 y 34 años, a través de medidas como el acceso a la vivienda y la promoción del empleo. Pero, además, articula la mejora de las políticas de juventud favoreciendo apoyo al proceso de abandono de la etapa juvenil para la incorporación de los jóvenes a la población adulta. Entres los ejes de actuación que forman parte del mismo destaca de forma especial la formación, pues a través de una capacitación de calidad se busca favorecer una integración mayor en un mercado laboral que no pasa por sus mejores épocas. De ahí, que este plan también dé una gran relevancia al acceso del joven a la información y por ello se realiza una apuesta decidida por la utilización de las tecnologías de información y comunicación (TIC). Pero todos estos aspectos carecerían de garantías si en todo el proceso no se apostase por la participación de los jóvenes. En ese sentido se pretende dar un mayor impulso al tejido asociativo juvenil de la región habilitando más canales para esa mayoría de jóvenes que decide no participar en las estructuras organizadas pero que sí puede tener interés en la toma de decisiones colectivas así como en el desarrollo de proyectos sociales, económicos o culturales. Todo sin olvidar las problemáticas propias de una juventud rural, que aunque minoritaria, existe. Para ellos se crea una línea específica de actuación, para que se implique en el desarrollo sostenible de su entorno social y natural. Medidas concretas destinadas a una juventud que se aleja de muchos de los estereotipos creados.