Aquel año en el que el Gordo de Navidad cayó en Guadalajara... año 1970, número 19381

22/12/2019 - 11:48 Eduardo Díaz

Justo a las once y cuarto de esa mañana, uno de los niños del colegio de San Ildefonso cantaba el número 19381.

 Este domingo, 22 de diciembre, se celebra el tradicional sorteo de lotería de Navidad en el cual la mayoría de ciudadanos juegan décimos y participaciones. En el rincón de esta semana vamos a recordar el año en que Guadalajara fue agraciada con el Gordo de Navidad, repartiéndose una serie completa del numero 19381.
   El sorteo de navidad se fundó en el año 1812 en la ciudad andaluza de Cádiz; una de las localidades de la provincia de Guadalajara en las que cayó el Gordo en el año 1852 fue Molina de Aragón. Pero sin lugar a dudas el mayor premio de navidad llegó a Guadalajara el 22 de diciembre del año 1970 y su número se repartió en la administración de lotería de la calle Miguel Fluiters. En ese año el párroco de Santa María decidió financiar las costosas obras de rehabilitación del templo, vendiendo participaciones de la lotería de Navidad. Con tal motivo se dirigió a la administración de lotería de Carmen Moya, adquiriendo una serie completa de los números comprendidos entre el 19380 y el 19389 y de esa forma se aseguraba el premio a la terminación. Igualmente confeccionó los talonarios que contenían papeletas de diez pesetas.
   Justo a las once y cuarto de esa mañana, uno de los niños del colegio de San Ildefonso cantaba el número 19381 y su compañero se emocionó al ver en la bolita la cifra de setenta y cinco millones de pesetas. Era el Gordo de Navidad y las localidades agraciadas: Madrid, Barcelona, Bilbao, Zaragoza, Santander, Aranjuez, Alora (Málaga) y Guadalajara.
  Inmediatamente se comprobó que los talonarios premiados habían sido depositados en los almacenes de distribución de alimentos “ Tajuña” y sobre todo en la tienda de electricidad de los hermanos Ruza. En el caso del establecimiento de Román García Romo las participaciones habían sido repartidas en su mayoría a los tenderos de numerosas localidades de la provincia de Guadalajara. Existe una anécdota muy curiosa de un comerciante de Tórtola de Henares que en la víspera del sorteo se presento con el talonario totalmente integro y sin vender ninguna papeleta, para no devolverlo de esa manera al Sacerdote de Santa María, todos los clientes que se encontraban en ese momento comprando género se quedaron con las participaciones.
    Pero sin lugar a dudas donde más papeletas se repartieron fue en la tienda de electricidad y electrodomésticos de los hermanos Manuel y Luis Ruza en la calle Mayor; nada más y nada menos que veinte millones de pesetas se distribuyeron entre clientes, empleados y los propios empresarios. Uno de los agraciados fue el carpintero municipal, Vicente Grupeli que se dio cuenta de que era uno de los agraciados, cuando se encontraba en la carpintería municipal en los bajos del mercado de abastos. Oyendo el sorteo a través de  la radio dio un salto de alegría cuando vio que el gordo de  Navidad coincidía plenamente con las dos papeletas que en ese momento llevaba en el interior del bolsillo de su camiseta.
   Ese día la ciudad tuvo una alegría muy especial, ya que fueron varios vecinos de la capital los que se vieron agraciados con el tan esperado Gordo de la Navidad. También se dispararon las ventas en los comercios de Guadalajara, sobre todo en la tienda de Ruza en la cual tuvieron que realizar un pedido urgente de televisiones, ya que ese aparato era en aquella época uno de los productos con los que soñaban las familias arriacenses.