Aquel dramático incendio en el verano del año 1994 que puso en jaque al paraje del Sotillo

04/09/2022 - 11:16 Eduardo Díaz

En el rincón de esta semana vamos a recordar el violento incendio que se originó en uno de los pulmones ecológicos de Guadalajara como es el Paraje del Sotillo en el año 1994.

Por Eduardo Díaz

Este verano está siendo uno de los peores de la historia de España en lo referente a los incendios forestales; han sido miles las hectáreas que han sido arrasadas por la virulencia del fuego e incluso en la provincia de Guadalajara en las localidades de Espinosa de Henares y Valdepeñas de la Sierra, los vecinos fueron desalojados ante el peligro de las llamas e inhalación de humo.

En el rincón de esta semana vamos a recordar el violento incendio que se originó en uno de los pulmones ecológicos de Guadalajara como es el Paraje del Sotillo en el año 1994. El lunes 11 de julio de ese año, sobre las seis y cuarto de la tarde, las centralitas del Cuerpo de Bomberos y de la Policía Local de Guadalajara se colapsaron con llamadas de numerosos vecinos que alertaban de grandes llamas en la zona del Sotillo a poco más de un kilómetro de Guadalajara. 

Inmediatamente todos los bomberos disponibles se trasladaron al lugar de los hechos y de forma inmediata solicitaron a sus compañeros libres de servicio que acudiesen al lugar debido a la virulencia de las llamas. Hay que recordar que en aquella época no existía el Consorcio Provincial de Bomberos como existe en la actualidad. Igualmente al lugar se acercaron todas las unidades disponibles de la Policía Local junto a miembros de Protección Civil para realizar labores de apoyo al Servicio de Bomberos. La Guardia Civil se encargó de cortar durante mucho tiempo la carretera N-320 ya que el fuego había cruzado la carretera en dirección a la localidad de Iriépal debido a la fuerza del viento.

Numerosos vecinos de manera heroica se desplazaron al lugar para intentar sofocar el fuego  siendo vital la aportación de numerosos agricultores que se personaron con sus tractores para realizar cortafuegos en lugares estratégicos. El concejal de Seguridad y Bomberos de aquella época, el inolvidable Eugenio Castillo de Andrés, acudió al lugar en cuanto tuvo conocimiento del incendio y no dudó en poner en peligro su vida para salvar el incomparable paraje del Sotillo. Debido a la envergadura del incendio intervinieron dos hidroaviones, un helicóptero y tres retenes del Servicio del Icona. Existe una curiosa anécdota. Durante las labores de extinción del incendio, el helicóptero tuvo que coger agua de la piscina del complejo del Casino ante el asombro de los bañistas que abandonaron rápidamente el vaso de baño y se observaron escenas como el vuelo repentino de toallas, sombrillas y otros enseres de la piscina.

Sobre las 22.30 horas el incendio quedaba controlado, aunque los servicios de Bomberos y Policía permanecieron en la zona hasta el mediodía del día siguiente con el objeto de evitar nuevos conatos de incendio. Uno de los grandes aliados de los Bomberos fue sin lugar a dudas la dirección del viento ya que en ningún momento tomó la dirección de Guadalajara, en caso de que hubiera tomado la dirección de la capital hubiera puesto en peligro a una gasolinera, al almacén de bombonas de butano e incluso también al Hospital de la Seguridad Social. 

Las causas del incendio nunca estuvieron claras y se barajaban como posibles: el lanzamiento de una colilla de un cigarro desde un coche, la quema de rastrojos en una finca próxima al lugar e incluso una barbacoa realizada en la finca del Tejar a pocos metros del lugar del incendio.