¡Así no se ruge!
Que España se dejó deslizar hace décadas por un tobogán de agua es algo que no vamos a descubrir ahora. Que, desde 1993, los diferentes gobiernos del PP y del PSOE han cedido competencias y tomado decisiones dirigidas a mantener la estabilidad gubernamental en favor de sus socios nacionalistas, no descubre nada nuevo.
La anécdota, relatada por Miguel Ángel Aguilar, la recogió en sus memorias Carlos Luis Álvarez, más conocido por su seudónimo, Cándido, maestro de periodistas. En la tertulia del legendario Café Peñalba de Oviedo discutían dos grupos enfrentados, en una polémica irresoluble que se alargó durante meses, donde nadie aceptaba los argumentos contrarios. La cuestión era si el león ruge hacia dentro, inspirando el aire, o hacia fuera, expirando de forma sonora. Unos y otros aportaban datos, llevaban manuales de zoología y requerían la opinión de expertos, sin que se moviera un centímetro el sentir de cada cual. En ello, que de repente un día se anunció la llegada del circo a la ciudad y esa misma tarde los tertulianos decidieron acercarse hasta la jaula de los leones para comprobar in situ quién tenía razón. Llegados allí, uno de los tertulianos más atrevidos azuzó con un palo al león, que dormitaba tranquilamente. El león rugió, vamos si rugió, despejando la incógnita. En ese mismo momento, los tertulianos que habían sido desautorizados por el felino rechazaron indignados al león reprendiéndole: “¡Así no se ruge!”.
Que España se dejó deslizar hace décadas por un tobogán de agua es algo que no vamos a descubrir ahora. Que, desde 1993, los diferentes gobiernos del PP y del PSOE han cedido competencias y tomado decisiones dirigidas a mantener la estabilidad gubernamental en favor de sus socios nacionalistas, no descubre nada nuevo. Los tramos en la cesión del IRPF, el servicio militar, los gobernadores civiles, el plan hidrológico nacional… lo que fuera necesario para garantizar la mayoría y los apoyos parlamentarios. Hoy asistimos a una nueva vuelta de tuerca, la reforma de los delitos de sedición y malversación.
No siempre somos conscientes de la imagen de país que de nosotros se tiene fuera. Ante el avance de partidos y gobiernos iliberales, como los de Polonia y Hungría, al menos hasta la invasión rusa de Ucrania, la UE ha puesto el ojo en impedir la pérdida de derechos, en particular del colectivo LGTBI, y en preservar la independencia del poder judicial, articulando para ello herramientas que impidan la llegada de fondos europeos a quienes incumplan el Estado de derecho. Obstruir la renovación del CGPJ, maniobrar para tener jueces parciales que sean complacientes con los delitos de corrupción propios, decretar indultos o modificar el código penal para que los socios independentistas puedan presentarse a las elecciones son acciones que unos y otros valoran de manera radicalmente opuesta: nuestras acciones contribuyen a preservar la democracia mientras que las del rival profundizan en su destrucción. A la espera de que llegue el circo Europa a la ciudad para saber cómo se ruge, disfrutemos del parque acuático.