Así no, Willy

03/12/2010 - 00:00 Andrés Aberasturi

"Se puede tener fama por ser artista, pero por hacer gamberradas la fama que se ha de tener es mala" dijo Bono refiriéndose a las protestas del actor Willy Toledo en el Congreso. Y tiene razón, que le vamos a hacer. Tal vez las seis horas en la comisaría fueran excesivas y todo podría haberse solucionado de otra forma, pero lo que parece claro es que crear precedentes es una mala costumbre. Si el Congreso reunido en pleno se convierte una sola vez en el escenario propicio para una protesta -justa o injusta- se corre el riesgo de convertir la Cámara en la caja de resonancia de todas las frustraciones y así no se va a ninguna parte. El problema de estas cosas, de este tipo de actuaciones, es que terminan convirtiéndose en algo rechazable incluso para los que defendemos lo mismo que los que protestan. ¿Cómo puedo sentirme solidario con los que queman fotografías del Rey por muy republicano que sea? ¿Cómo luchar por recuperar el respeto para todas las victimas del franquismo si lo que se pretende es volar la cruz del Valle de los Caídos? Tal vez uno sea ya muy mayor, pero tengo serias dudas de que en una democracia los objetivos se consigan quemando imágenes o volando cruces. Pues igual con el tema del Sahara. Gobierno tras gobierno, muchos hemos venido exigiendo que España cumpla con sus compromisos morales y jurídicos con los saharauis. Ninguno ha pasado de las palabras. Pero esa asignatura suspensa de España no se va a probar llamando "chorizos" a los diputados y organizando bulla en nombre de la libertad de expresión. El grupo sabía lo que iba a pasar y sabía que la libertad de expresión en la Cámaras la tienen sus señorías electas y no el público de las tribunas. Lo sabía el grupo y lo sabían las señorías o los grupos parlamentarios que les facilitaron las invitaciones para montar el número. Y esto es así y tal vez Bono debería advertir también y decirnos a todos quienes fueron esos responsables. Y el remate que también el presidente del Congreso se ha encargado de recordar: "Cuando murió de hambre el disidente cubano Orlando Zapata, Toledo no fue respetuoso", al decir que era un delincuente común. Y también es verdad. Luego rectificó, pero poco y dijo auténticos disparates objetivos sobre el castrismo. Y aquí hay que estar a las duras y a las maduras. Lo que no vale Willy es mirar con un ojo a la mitad del mundo y con el otro a la otra mitad. Así no podremos ir juntos a ninguna parte. Por lo demás sigo creyendo que y denunciando que los gobiernos españoles desde el 75 a nuestros días han fallado estrepitosamente en el tema del Sahara y me avergüenzo y protesto y denuncio. Inútilmente, lo sé, pero no pienso dejar de hacerlo. ivo en debates parlamentarios. "Son medidas que van en la buena dirección", aseguró.