Atrapados en una bola de nieve... o de mentiras
01/10/2010 - 09:45
ORTIGA
Desde pequeñitos nos han contado que al mentiroso le crece la nariz, como al tierno Pinocho.
Sin embargo, parece que esas advertencias se nos olvidan pronto cuando entramos en la edad adulta, tanto que nos aprovechamos de las mentiras, o del maquillaje de la verdad, para salir beneficiados. Es lo que ocurrió el fin de semana pasado, cuando el vecino de un pueblo de la Sierra Norte avisó a los equipos de emergencia de que se encontraba atrapado con su coche en la carretera, a causa de la nieve. Pero cual fue la sorpresa de los rescatadores cuando comprobaron que el susodicho estaba atrapado, sí, pero en su propio garaje. Este ejemplo sirve para ilustrar el mal uso que hacemos en ocasiones de los servicios de emergencia, pudiendo desviarlos de verdaderas situaciones de riesgo. Por ello, desde las administraciones insistieron ayer en la necesidad de hacer un buen uso de estos gritos de ayuda, ya que, al igual que Pedro y el lobo, algún día podemos necesitar de verdad ayuda y ésta puede estar ocupada en temas menores. En este sentido, lo principal es saber cuándo es necesario coger el coche, y no volvernos locos si el domingo por la tarde no podemos salir de la casita del campo.