Avalistas de Marruecos
Vivir para ver. Lo último que podían pensar los votantes y militantes del PSOE, un partido que comparte asiento en la Internacional Socialista con el Frente Polisario, es que el Gobierno de Zapatero hiciera suya la versión dada por un ministro del Interior de Marruecos acerca de la matanza del campamento de El Aaiún. Matanza que el mandatario de Rabat endosó a los propios saharauis ante el silencio avalista del vicepresidente Rubalcaba. "¿Pero cuándo se ha visto que los conejos disparen a las escopetas?", se preguntaba con sarcasmo Joaquín Leguina al analizar el asunto. ¿Por qué no dejaron entrar a los periodistas?, podríamos añadir los demás. La pregunta del millón sin respuesta porque, más allá del aprovechamiento propagandísticos del incidente por parte del Polisario, lo cierto es que todos hemos visto por la televisión escenas de violencia desproporcionadas.
Hay muchas maneras de hacer política y son muchas más, todavía, las vueltas que puede dar la diplomacia para justificar o arropar una determinada línea política, pero también en eso hemos llegado más lejos que otros. Digo esto porque para asombro de expertos en relaciones internacionales la ministra española de Asuntos Exteriores ha resuelto ya el contencioso del Sáhara. "Ya no habrá referéndum", dijo Trinidad Jiménez en VEO 7. Pues eso. La política da muchas vueltas y Zapatero se ha convertido en el avalista de Marruecos en el proyecto de anexión de un territorio que no le pertenece. Siento curiosidad por ver si se atreve a explicárselo a los suyos en uno de esos mítines en los que se entretiene hablando del Papa para no hablar del paro o de su aval a la política de Marruecos en el Sáhara.