Azuzar el miedo

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

La reivindicación por una organización autodenominada ‘Frente Revolucionario Afgano’ de la colocación de cinco paquetes de explosivos en los lavabos de unos grandes almacenes parisinos y su amenaza de preparar un nuevo atentado sin previo aviso, en el supuesto de que Francia no retire a sus 2.600 soldados de Afganistán, constituye un intento intolerable de chantaje a la sociedad y al gobierno galos, por mucho que los artefactos no llevaran detonadores.
Es la primera vez, tras sucesivas advertencias, que un grupo terrorista presuntamente introducido en la capital francesa se aventura a atemorizar con un atentado indiscriminado, a modo de serio aviso sobre sus posibles intenciones futuras. Pero el Estado francés, al igual que cualquier democracia, no tiene otra vía que rechazar cualquier intento de intimidación por el terrorismo. Especialmente cuando las tentativas de amedrentamiento parecen querer azuzar el rechazo ciudadano al nítido compromiso del Gobierno de Sarkozy con la estabilidad de Afganistán, clave en el refuerzo de la alianza internacional a la que aspira Barack Obama.