Bandidaje rural

30/05/2024 - 13:42 Antonio Yagüe

Castilla-La Mancha ocupa el segundo puesto, tras Andalucía, en este funesto ranking. Nada menos que 1.507 robos en 2023.

Si la gente del campo tuviera pocos problemas (despoblación, crisis climática, costes de producción, sequía, normativas medioambientales, burocracia de las ayudas…), ahora le toca pencar con la creciente oleada de robos.

Al desvalijamiento del cobre en tendidos telefónicos por ‘furgoneteros’ adiestrados, se han sumado los de maquinaria, herramientas, corderos, cabritos, frutas, hortalizas y hasta almendras y aceitunas (recolectadas, claro). Las denuncias se han disparado en la España rural hasta 31 de media al día, según el Ministerio del Interior.

Castilla-La Mancha ocupa el segundo puesto, tras Andalucía, en este funesto ranking. Nada menos que 1.507 robos en 2023. Y eso que muchos no se denuncian por la carga burocrática que conlleva y poca efectividad. “¿Para qué?”, argumentan. El campo tiene la dificultad añadida de encontrar testigos.

Este latrocinio genera serias pérdidas. Un GPS de tractor, preferido por los cacos para venderlo por cuatro perras en chatarrerías, puede costar 15.000 euros, junto a la imposibilidad de seguir trabajando hasta reponerlo. Hay que añadir los daños que provocan en las propiedades, a veces superiores al valor de lo afanado.

Agricultores y ganaderos de la comarca cuentan que esta lacra les genera noches sin pegar ojo, inseguridad, ansiedad y estrés. Piden mayor presencia de agentes de la Guardia Civil y del famoso e invisible equipo ROCA, y penas más duras para los delincuentes.

Mientras llega la ayuda solicitada a la Administración, algunos molineses se han organizado en cuadrillas para hacer rondas al principio y final de la noche, preferidos por los ladrones.

Han comprobado que se trata de chorizos  profesionalizados y equipados con material adquirido en el mercado negro, como las tijeras neumáticas que usan los bomberos para romper barrotes o postes metálicos y forzar puertas.

No hacen asco a nada. En un pueblo de la Sexma del Campo, rizando el rizo, han robado hasta un antirrobo.