Barbatona y la devoción alcarreña

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por:
Editorial
Barbatona se convirtió ayer en punto de encuentro de miles de fieles. No en vano, durante el año se celebran dos romerías a esta Virgen, aunque la más importante es la que tiene lugar el segundo domingo de mayo.
Siendo una de las citas religiosas ineludibles, siempre hay una notable presencia de autoridades eclesiásticas y políticas. Aunque durante esta semana se rumoreó que podría asistir la secretaria general del PP, Mª Dolores de Cospedal, finalmente no cursó la visita, quizá por ser más prudente que en su última estancia en Sacedón. En esta ocasión la anticipada campaña electoral que se ha planteado en Castilla-La Mancha quedó al margen y los asistentes recorrieron los siete kilómetros que separan Sigüenza de Barbatona como en cualquier otra ocasión en la que las elecciones no se presentan a la vuelta de la esquina. Es lo que tienen las costumbres populares, que permanecen inalterables al margen de disputas políticas. De hecho, esta tradición viene de lejos. Cuentan las leyendas que la Virgen se apareció a un pastor en las ramas de un pino, poco a poco su fama como curativa fue cogiendo forma y convirtiéndose en Nuestra Señora de la Salud, título que hoy en día conserva. En el siglo XII, a los 100 años de la aparición, se levantó una primitiva ermita y en el siglo XVIII, se fue construyendo el nuevo santuario. La imagen de Nuestra Señora de la Salud fue tallada en el siglo XIII con el Niño en brazos. De las paredes de la ermita cuelgan miles de exvotos, testimonio de las sanaciones de esta Virgen milagrosa. Tanta es la fe que se le profesa que ayer, en la inmensa explanada, se pudieron ver feligreses de las parroquias de San Miguel de Azuqueca de Henares, de Hiendelaencina, de Mesones de Uceda, de la Beata María de Jesús de Guadalajara, de Mazarete, de Romancos, de Zorita de los Canes, de Humanes y de San Vicente de Sigüenza, entre otras. Sin duda, Barbatona se convirtió en un gran lugar de encuentro y en una importante demostración de la devoción alcarreña.