Batasuna: ¿qué es lo políticamente incorrecto?
06/02/2011 - 18:20
Comprendo que lo que los herederos de Batasuna nos van a plantear esta semana es un dilema, pero es lo que le corresponde a un Estado de derecho: ¿asumir el riesgo? O más bien ¿interponer por principio el veto para que los herederos de los protetarras, que ya so no sé si lo son tanto, puedan o no presentarse a las próximas elecciones municipales de mayo? Me parece que el dilema ha de resolverse ya, misma semana, y yo no quisiera hurtar mi parecer al respecto.
He sufrido, como tantos de mis compañeros, la presión de ETA. Incluso creo que han arruinado en algo algunos buenos años de mi vida. Pero me parece que no es el momento de andar sacando credenciales de lucha por la libertad frente al fascismo terrorista; es algo tarde para eso y otros tienen muchos más títulos. He tenido que seguir, profesional y personalmente, los avatares de los cachorros del horror y del terror: me involucraba personal, familiar y profesionalmente. No les debo sino pesadillas, amenazas indirectas, indignaciones. A otros, ya lo sé, los del horror les deben mucho más.
Pero tengo la sensación de que estamos abriendo un nuevo capítulo. Aunque nos cueste convencernos de ello. El mundo de los de las pistolas, la violencia, la sinrazón, se ha acabado. Así de simple. Resulta absurdo refugiarse en la historia, tremenda; o en las víctimas. Sería intolerable aferrarse a nuestras pesadillas con estos malnacidos, tremendo episodio de cuarenta años, para no dar fin a este capítulo negro en la Historia de España (sí, de España).
Se lo voy a decir a usted claro y alto: puede que el corazón me sangre y el cerebro me tiemble ante este riesgo, pero yo les dejaría presentarse a las elecciones municipales. Quiero ver cuántos les votan, y qué hacen ellos para que les voten. No sé si estarán camuflados bajo las impotentes cifras de Eusko Alkartasuna --menuda degeneración desde sus orígenes--, quién sabe si bajo qué nombre supuesto; a mí, a estas alturas, lo que me importa es saber si reniegan de los locos de las pistolas, los explosivos, los secuestros y la falta de libertades. Si lo hacen, sea bajo la fórmula que sea, que se presenten y que los electores decidan si les dan su confianza. Allá ellos; yo no se la daría, pero no quiero ser el juzgador de la nueva situación. Y tengo interés en saber si, en una sociedad moderna, evolucionada, como la de Euskadi, estos tipos tienen aún algún porvenir. Si lo tienen, Dios les, nos, ampare.
Lo que desde luego no quiero es que nadie me responsabilice después de no haberlo intentado; para volver a lo de antes siempre estamos a tiempo. Porque 'ellos', estos tipos lamentables, no nos van a ganar nunca y usted y yo lo sabemos perfectamente. Dejémosles intentarlo: es su última oportunidad. Y la nuestra.
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