Beneficios privados, pérdidas públicas

18/04/2011 - 00:00 Luis del Val

 
Hay que reconocer que el sistema de comunicación de Telefonica (sin acento, por favor) es manifiestamente mejorable. Hacer coincidir la noticia de que van a rebajar la plantilla española en un 20%, con jubilaciones anticipadas, matrimoniándola con la noticia de que les van a subir los emolumentos a sus directivos es de aurora boreal, y un desprestigio en los medios de comunicación, cuyo cálculo resulta incalculable, por decirlo de manera paradójica. Hay algunos articulistas que llevamos insistiendo -¡desde hace cinco años!- en que la barra libre de las jubilaciones anticipadas perjudica seriamente nuestro sistema de la Seguridad Social. Pero siempre se nos trató de pesimistas, agoreros, augures de resentidos y fatídicos sin clasificar. Las estadísticas, la realidad económica y la prospectiva realista nos han venido a dar tristemente la razón, pero todavía se insiste en momentos en que las prestaciones más limosnera a casi dos millones de parados, ni siquiera son posibles. En este punto, que empresas con beneficios gratifiquen a sus ejecutivos, y los gratifiquen con la sospecha de que han decidido lograr más beneficios privados para los accionistas a base de rascarnos los bolsillos a los contribuyentes de a pie, parece un sarcasmo de mal gusto. ¿Quién está al frente de la comunicación de Telefonica (por favor, sin acento, en pleitesía a su carácter multinacional)? ¿Algún físico nuclear? ¿Un experto en asador de pollos? Insultar la sensibilidad de su país matriz, que va camino de los cinco millones de parados es como para que algunos de los ejecutivos a los que les van a subir el sueldo reaccionen un poco y pongan algo de orden en un sistema de comunicación institucional que no lo tiene ni el modesto ayuntamiento de Modorro de los Infantes. "Manca finezza" diría un italiano. "Falta sentido común", diría mi tía Pascualiuna que, por cierto, tiene acciones en Telefonica (sin acento, "of course"). sentido común y que por lo visto no abunda precisamente entre sus altos dirigentes.