Blanco no quiere que se paren las obras
01/10/2010 - 09:45
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Comentario
JOSÉ CAVERO / Periodista
El Ministerio de Fomento negocia empresa a empresa para que en lo que queda de año no se paren las obras en proyectos como el eje atlántico de alta velocidad o la autovía del Cantábrico, asegura ayer una crónica de La Voz de Galicia. Según el departamento que dirige José Blanco, se ha encontrado receptividad, en buena parte de ellas, para que se continúe con los trabajos hasta diciembre. La visión ofrecida desde el sector de la construcción es mucho más pesimista y considera que los recortes decididos para el 2010 condenan a buena parte de estos proyectos a una hibernación obligada, al menos hasta que se libere dinero cuando entren en vigor los Presupuestos del 2011.
Fuentes del sector aseguran que asumir la continuidad de las obras con los recursos propios de las empresas resulta complejo incluso para las grandes constructoras. Y ello a pesar de que tienen importantes nichos de negocio fuera de España y se aprovecharon del boom de la obra civil de los últimos diez años en su propio país. Su nivel de endeudamiento es muy alto y muchas de ellas están pagando su apuesta por el mercado inmobiliario, aducen.
El escenario para algunas empresas es el siguiente, según el relato de La Voz: si en un tramo del eje atlántico podían gastar este año 10 millones de euros -cifra hipotética- y ya han consumido 6, Fomento no estaría en condiciones de ingresar los cuatro restantes. Para pagar a proveedores, subcontratas y nóminas, las adjudicatarias deberían recurrir a su propio bolsillo o al crédito. Si ya ha agotado los 10 millones porque el ritmo de las obras ha sido mayor que el previsto, tampoco podrá recurrir a certificaciones anticipadas (pagos que se realizan con cargos al Presupuesto del ejercicio siguiente). Este escenario podría cambiar, aseguran en Fomento, al tener en estos momentos mejores perspectivas para las cuentas del Estado del 2011.
Fuentes del sector aseguran que cortar el grifo del dinero a mitad de año genera numerosos problemas de liquidez, pero también condiciona la planificación de una obra que se organiza a tres o cuatro años vista. Si se han comprado materiales y no pueden utilizarse, el problema que se genera es muy importante, alegan. Esta visión pesimista coincide con el análisis de Seopan, la patronal que agrupa a las principales constructoras a nivel estatal. Si Fomento no certifica obra en lo que queda del 2010, las constructoras que tienen contratos vivos con el ministerio entrarán en una situación de falta de ingresos que, unida a las obligaciones de la nueva Ley de Morosidad, las llevará inevitablemente a situaciones concursales que pueden acabar en quiebras, aseguran en su evaluación de los recortes presupuestarios.
El Gobierno, esta vez el ministro José Blanco, no quieren dos consecuencias de la falta de dinero público: que se paren las obras en marcha, y puedan completarse en el plazo marcado ni que les pueda afectar el número de trabajadores que pudieran añadirse a las cifras de paro.
El escenario para algunas empresas es el siguiente, según el relato de La Voz: si en un tramo del eje atlántico podían gastar este año 10 millones de euros -cifra hipotética- y ya han consumido 6, Fomento no estaría en condiciones de ingresar los cuatro restantes. Para pagar a proveedores, subcontratas y nóminas, las adjudicatarias deberían recurrir a su propio bolsillo o al crédito. Si ya ha agotado los 10 millones porque el ritmo de las obras ha sido mayor que el previsto, tampoco podrá recurrir a certificaciones anticipadas (pagos que se realizan con cargos al Presupuesto del ejercicio siguiente). Este escenario podría cambiar, aseguran en Fomento, al tener en estos momentos mejores perspectivas para las cuentas del Estado del 2011.
Fuentes del sector aseguran que cortar el grifo del dinero a mitad de año genera numerosos problemas de liquidez, pero también condiciona la planificación de una obra que se organiza a tres o cuatro años vista. Si se han comprado materiales y no pueden utilizarse, el problema que se genera es muy importante, alegan. Esta visión pesimista coincide con el análisis de Seopan, la patronal que agrupa a las principales constructoras a nivel estatal. Si Fomento no certifica obra en lo que queda del 2010, las constructoras que tienen contratos vivos con el ministerio entrarán en una situación de falta de ingresos que, unida a las obligaciones de la nueva Ley de Morosidad, las llevará inevitablemente a situaciones concursales que pueden acabar en quiebras, aseguran en su evaluación de los recortes presupuestarios.
- Dilatar el cobro y acelerar los pagos que deben ejecutar solo puede llevarlas al concurso de acreedores*, añaden. Otras fuentes relacionadas con las subcontratas que trabajan para las adjudicatarias alegan que, en la decena de tramos que están en obras en el eje atlántico, hay una treintena de empresas subcontratadas, la mayoría de ellas de pequeño tamaño y capital gallego, *que son las que más van a sufrir el parón de la actividad hasta diciembre*. También recuerdan que hay entre mil y dos mil empleados que dependen de la continuidad de los trabajos en la vertiente sur del eje atlántico.
El Gobierno, esta vez el ministro José Blanco, no quieren dos consecuencias de la falta de dinero público: que se paren las obras en marcha, y puedan completarse en el plazo marcado ni que les pueda afectar el número de trabajadores que pudieran añadirse a las cifras de paro.