Breogán,entre la leyenda y la historia

29/10/2017 - 10:44 Manuel Ángel Puga

 Si damos crédito a las tradiciones, Breogán existió y fue un personaje de carne y hueso.

El pasado verano visité mi añorada tierra gallega. Estuve en la atractiva ciudad de A Coruña y, una vez más, subí los 234 escalones que permiten acceder a lo más alto de la Torre de Hércules. Es como un pequeño desafío que tengo conmigo mismo: subir hasta la parte más alta. La verdad es que el intento cuesta lo suyo, porque los años ya pesan… Superada con éxito la prueba, me acerqué a la estatua de Breogán, situada en la misma explanada y a pocos metros de la histórica Torre de Hércules. Permanecí un buen rato contemplando la estatua y preguntándome si estaba ante la representación de un ser humano, que tuvo carne y huesos o, por el contrario, si estaba ante un personaje que nunca existió, que fue simple leyenda, puro mito.
Tratando de encontrar respuesta a mi pregunta, pude saber que allá por el siglo XI unos monjes irlandeses escribieron un interesante libro titulado “Leabar Gabhala” (Libro de las invasiones). En esta obra se narran, entre la leyenda y la historia, las invasiones que sufrió Irlanda desde la más remota antigüedad. Así, se habla de los hijos de Cesair, mujer descendiente del bíblico Noé. Años más tarde llegaron los descendientes de Partahalon, procedentes de la isla de Sicilia. La llegada de este pueblo parece estar históricamente comprobada debido a la presencia de elementos mediterráneos en la cultura irlandesa, entre los que se encuentra la denominada “cultura del vaso campaniforme”, la cual se remonta a unos 4.000 años (a. de C.).
    A los descendientes de Partahalon le siguieron otros pueblos invasores como fueron los hijos de Temed, a los que sucedieron los tuatha, descendientes de Danaan, y la tribu dirigida por Golamh (conocido como Mil). A todos estos pueblos el “Leabar Gabhala” les atribuye un origen indoeuropeo. Estas gentes procedían de las inmediaciones del Mar Negro, y entre ellas se encontraban los celtas-escitas y los celtas-tracios. Pues bien, es entre estos pueblos cuando aparece el nombre de Breogán. La leyenda (o quizá historia) comienza con la tribu de los Gaedil, quienes dirigidos por Brath llegaron a la península ibérica, afincándose en tierras de la actual Galicia. Según todos los indicios, procedían de Escitia, situada junto al Mar Negro. El hijo de Brath es conocido con el sobrenombre de Breogán, gran guerrero y gran líder que sometió definitivamente a los primitivos habitantes de Gallaecia (Galicia). Se cree que fundó la ciudad de Brigantia (A Coruña) y que en ella mandó construir una altísima torre, en cuya parte superior ardían hogueras para guiar a los barcos en la noche. Esta Torre de Breogán estaba ubicada donde años más tarde los romanos construirían, sobre las piedras que habían quedado, la famosa Torre de Hércules. Según las tradiciones irlandesas, recogidas en el “Leabar Gabhala”, Breogán fue un célebre rey celta, cuyos dominios se extendían por lo que hoy es Galicia. Si damos crédito a estas tradiciones, Breogán existió y fue un personaje de carne y hueso.
    Tan de carne y hueso que tuvo varios hijos, aunque dos son los más conocidos: Ith y Bile, este último fue padre de Golamh (llamado Mil). Un día Ith subió a lo más alto de la Torre y divisó una lejana tierra: la actual Irlanda. Ilusionado con el descubrimiento, decide ir a visitarla. Antes de partir, un adivino le advierte que no debe bajar del caballo y pisar tierra extraña, porque si lo hace moriría. Embarcan en las naves y, tras varios días de travesía, llegan a Irlanda, donde son recibidos con muestras de hospitalidad por parte de las primitivas tribus. Por razones desconocidas, Ith cayó del caballo y murió. No se sabe con certeza, pero se sospecha que tomó parte en las luchas que las distintas tribus mantenían entre sí, lo que le costó la vida. Lo cierto es que, al verse sin jefe, sus seguidores huyeron hacia las naves y pusieron rumbo a Galicia.
    Tras varios días de travesía marítima, arribaron los expedicionarios al antiguo puerto de A Coruña. Nada más llegar comunican la muerte de Ith. El entonces jefe de la tribu, Golamb (Mil), nieto de Breogán y sobrino de Ith, jura venganza. Organiza un potente ejército, prepara varias naves y embarca rumbo a Irlanda. Una vez allí, tienen lugar cruentas batallas, quedando derrotadas y sometidas las primitivas tribus irlandesas. Se dice que la razón del triunfo estuvo en que mientras los irlandeses luchaban con espadas de bronce, los soldados de Mil lo hacían con sus poderosas armas de hierro.
    Según la anterior versión, los auténticos conquistadores de Irlanda no fueron los celtas de Bretaña, como algunos han sostenido, sino que fueron los celtas procedentes de Gallaecia (Galicia). Modernas investigaciones históricas así parecen confirmarlo.