Caer en el olvido
01/10/2010 - 09:45
Por:
Editorial
Ayer, 21 de septiembre se celebró el día mundial del Alzheimer, fecha elegida por la Organización Mundial de la Salud. El propósito de esta conmemoración es dar a conocer la enfermedad y difundir información al respecto, solicitando el apoyo y la solidaridad de la población en general, de instituciones y de organismos oficiales.
Asociaciones como la de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras dolencias (AFA) de Guadalajara, así como algunas administraciones quisieron hacer visible esta dolencia en este día a través de distintas actividades que continuarán a lo largo de esta semana. Todos lo actos organizados para esta ocasión tienen un doble objetivo: por una parte, sensibilizar a la sociedad acerca de esta epidemia, así como de sus consecuencias sociosanitarias, y por otro lado, desarrollar una campaña de educación sanitaria dirigida a promover la prevención de esta patología, que afecta a más de 3,5 millones de personas en España, entre quien la padece directamente y sus familiares cuidadores. En nuestro país, la enfermedad del afecta al 10% de los mayores de 65 años, y casi a la mitad de los mayores de 85. Realmente, se desconoce el origen y sus causas, por lo que es muy difícil prevenir. Por eso, los expertos, aseguran que para realizar una lucha efectiva contra el Alzheimer y encontrar un remedio se necesitaría aumentar 15 veces el presupuesto de investigación actual (para alcanzar así el nivel que hay para las afecciones cardiovasculares). Algo que, por el momento, resulta casi una utopía. Por eso hay que estar atentos a los síntomas, porque el deterioro se puede mitigar. Y sobre todo, hay que prestar especial atención a los cuidadores, que a día de hoy, son los verdaderos ángeles de la guarda de estos pacientes. La mayoría sobrepasan los 50 años y se estima que alrededor de un 40% no reciben ayuda de ninguna otra persona, ni siquiera de familiares cercanos. De ahí, que resulte imprescindible diseñar e implementar programas desde las administraciones que sirvan para la detección de la sobrecarga psicofísica que sufren los cuidadores de estos enfermos. No se los puede dejar caer en el olvido.