Campañas electorales distintas

12/04/2015 - 23:00 Redacción

El mismo objetivo, pero distintos caminos para alcanzarlo. Los métodos, procedimientos o maneras de llegar al ciudadano para la clase política pasan en la actualidad por interactuar .Si durante las primeras décadas de la democracia los mítines, las comparecencias ante los medios, los carteles y los altavoces por las calles servían para transmitir los mensajes, en los últimos tiempos, sin desechar tampoco los anteriores cauces, son las últimas tecnologías las utilizadas para que el ciudadano se sienta atraído o vinculado con el candidato. Así, todos los electos tienen perfil en las redes sociales, su propia página web, aplicaciones que les permiten aparecer en los móviles, números de teléfono, whatsapp o correos electrónicos para que el votante pueda realizar todo tipo de sugerencias, comentarios o preguntas. A través de estas herramientas el político habla de sí mismo, explica su patrimonio, describe sus proyectos de gobierno... Busca ganarse la confianza. Es normal que se haga uso de las nuevas formas de comunicación y por ellas apuestan los gabinetes de prensa de los ayuntamientos de todas las localidades y el contacto, más ágil y eficaz, beneficia a la salud democrática necesitada de que el político escuche a la calle, conozca sus inquietudes, problemas, ideas y propuestas. Sólo a través de una mejora en su imagen logrará la afección perdida entre la sociedad y la política. Aplaudimos las nuevas formas de comunicar complementarias a las tradicionales, pero no olvidamos que lo importante es el fondo, que realmente se cumpla lo prometido, se ejecuten los programas votados, es decir que se sirva con honestidad al bien común. Los políticos no solo deben parecer preocupados, receptivos y sensibilizados, deben serlo para redimirse y convencer. Tampoco debemos perder de vista que muchos de quienes votarán ni entienden ni les importa, principalmente por edad, de aplicaciones de móviles ni redes sociales y precisan del tipo de campaña de toda la vida, que por cierto tiene mayor encanto. Aun así, adaptarse o quedarse atrás. En la conjunción está la virtud.