Cansados de ZP

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por:
El comentario
Antonio Pérez Henares / Periodista
Ha pasado poco más de año y medio desde el segundo triunfo electoral de ZP y la ciudadanía española, parroquias de adhesión inquebrantable aparte, tiene la impresión de que ha atravesado una glaciación entera. Parece haber sido hace una eternidad y, aún peor, que queda otra eternidad por delante y que no se observa un solo síntoma de que ni el presidente ni su Gobierno, a su imagen y semejanza, den alguna pista esperanzadora de sentido común y capacidad de afrontar la crisis.
Una y otra vez, los hechos y las cifras han caído y caen con toda contundencia pero lejos de asumir, afrontarlos y confrontarlos, la reacción es mirar para otro lado, pretender que son lo contrario de lo que gritan y apelar a que un “día de estos” y por obra y gracia del Espíritu Santo o quizás el divino Obama nuestros males comiencen a solucionarse. Tal política, como no podía ser de otra manera, no lleva claro a que a cada paso, en tan irresponsable dirección, estemos un poco peor que quienes no niegan la verdad y se han puesto manos a la obra para recuperar confianza y camino.
Qué es lo que cada vez más el personal de España añora y dónde han dejado de ver como solución a Rodríguez Zapatero. El presidente, en época de bonanza, vino y rosas pudo llegar a encandilar. Pero es una evidencia que en cuanto ha empezado tener que pedalear la cuesta arriba, entonces se rila y la famosa “pájara” se apodera de él. Los asuntos se complican. El esperpento del Alakrana ya ha superado cualquier parecido que eso pueda tener con una gestión organizada y coherente de un Gobierno, y la incapacidad se convierte en el atributo que los ciudadanos adjudican mayoritariamente al Gobierno.
Hay cansancio de ZP. El cuerpo electoral es lo que está transpirando por los poros de los sondeos. No se le percibe como capaz de sacarnos de esta. La parroquia fiel y con la fe del carbonero por supuesto que sigue dando vivas y gritando como fans adolescentes, pero esa parte que les votó un día y cuyo pensamiento va un poco más allá de “sentir la sigla” como se siente al equipo de fútbol lo que piensa y cada vez con mayor claridad y firmeza es que no piensa volver a votarles.