Carnaval para la esperanza
La sociedad vuelve a una casi normalidad con unos actos similares a los de años anteriores que además son antesala de unos carnavales que se anuncian espectaculares para la próxima edición.
Pocos días después del alegre carnaval, el 1 de marzo de 2020 se conocía el primer diagnóstico de Covid-19 en el Hospital de Guadalajara. Dos años después, tras el obligado paréntesis, recuperamos la celebración de estos festejos que se iniciaron ayer con el Jueves Lardero y que finalizarán con el tradicional entierro de la sardina. Entre medias concursos de disfraces para adultos y niños y en la tarde de hoy concentración de botargas y otros enmascarados de la provincia, toda una exaltación del rico folklore provincial en el año en que se han puesto en valor estas grotescas figuras de nuestra cultura tradicional declarándolas Bien de Interés Cultural y elaborando una Ruta de Botargas. La sociedad vuelve a una casi normalidad con unos actos similares a los de años anteriores que además son antesala de unos carnavales que se anuncian espectaculares para la próxima edición, con vocación de convertirse en seña de identidad o referencia a nivel nacional, recibiendo en nuestras calles a grupos de todo el país en un proyecto de un Ayuntamiento empeñado en crear ambiente, generar ilusión, dinamizar la vida económica y social, recuperar el ánimo, impulsar las empresas locales y potenciar la marca Guadalajara. De momento, este fin de semana, suponen un canto a la esperanza, una oportunidad para el reencuentro y la diversión sin que ello signifique olvidar que la situación sanitaria requiere de precauciones y actuaciones. Así este 1 de marzo los centros sanitarios tendrán una unidad específica dedicada al Covid porque muchas personas padecen secuelas y requieren tratamiento especial. Tampoco dejamos de recordar a esas 712 personas que hasta ahora han perdido la vida por la pandemia en la provincia ni de pensar en cuántas no fueron contabilizadas en aquellos primeros meses de desconcierto. Siempre como sociedad tendremos en la memoria a las víctimas, cuidaremos de los enfermos, apoyaremos a los más afectados, agradeceremos el esfuerzo de muchos colectivos, y el éxito del mundo científico que hoy hacen posible vivir un carnaval, con cautela sí, pero también con fe en el futuro.