Carta al concejal de Deportes


Con su trayectoria me cuesta entender sus derivas cuando hablamos de instalaciones deportivas y servicios públicos básicos.

Estimado Eladio:

Va por delante que lo de estimado no es solo una formalidad: concejal de Deportes desde el año 2007 y trabajador de la Diputación desde hace muchos más, toda la vida organizando actividades, maratones, ligas y torneos, poniendo en marcha instalaciones deportivas públicas y gestionándolas sin apenas críticas.
    Con esta trayectoria me cuesta entender sus derivas cuando hablamos de instalaciones deportivas y servicios públicos básicos. Hace un año preguntamos en el Pleno dónde pueden practicar la natación las vecinas y vecinos de Guadalajara durante el mes de septiembre si las tres piscinas municipales están cerradas durante semanas. Su contestación fue mandarnos al Centro Acuático, que estaba abierto todo el año (solo le faltó hablar de las estupendas ofertas promocionales que tienen).
    Este año le han preguntado las y los usuarios, la gente que tiene el saludable hábito de nadar o los deportistas que no dejan de entrenar aunque sean días de fiesta y alboroto. La respuesta ha sido la misma: “el Centro Acuático está abierto permanentemente y con precio de entrada igual o similar a las otras piscinas”.
    No me cabe en la cabeza que una persona que ha dedicado tantas horas a hacer Guadalajara más deportiva, con demostrada vocación de servicio público, tenga entre sus quehaceres anunciar una empresa privada. El Centro Acuático está gestionado, como otros 28 centros en España, por el grupo empresarial Supera. El suelo es municipal, pero no hablamos de una instalación municipal: recordemos que el Ayuntamiento cedió los terrenos por 50 años. Es, insisto, un centro privado, por mucho que el alcalde y el vicealcalde se empeñen en venderlo y promocionarlo como lo que no es. Si alguien tiene alguna duda al respecto que pruebe a usar la tarjeta ciudadana “XGuada” en el Centro Acuático, que solicite el descuento que se hace en las instalaciones municipales para ver si lo consigue.
    Alabo su capacidad de trabajo como concejal, pero deje la publicidad del centro Supera a otros: es un grupo empresarial de éxito y estoy segura que sabe cómo conseguir nuevos clientes. Su contestación a las de las vecinas y vecinas ha sido derivarles a un centro privado, haciendo publicidad de sus servicios, horarios y precios, que no tan similares a las tarifas municipales ni tan siquiera a otros centros Supera. Su sueldo como concejal del Ayuntamiento de Guadalajara y trabajador de la Diputación es público, sus obligaciones y responsabilidades también deben serlo.
    En septiembre, por mucho que lo esconda, nos quedamos sin piscinas en una ciudad de 84.000 habitantes, pues las tres municipales estarán cerradas durante semanas. Si echamos cuentas, la piscina municipal Huerta de Lara no presta servicio durante tres meses y los usuarios ni siquiera tienen claro cuándo vuelven a abrir las instalaciones. Las excusas son variadas, desde “no hay demanda”, a “se están haciendo tareas de mantenimiento”, pasando por el clásico “es muy caro”. La solución que se ofrece, una única: “váyase usted a un centro privado”. Entre medias no hablamos de los problemas de personal que sufre el Patronato de Deportes, cómo la plantilla ha ido disminuyendo en los últimos años al mismo tiempo que aumentaban el número de instalaciones y los eventos deportivos a atender. Sin personal no se pueden ofrecer unos servicios mínimos y esa es una de las tareas más urgentes que atender, porque, por mucho que disimulemos, cada día es más difícil de esconder.
    En 2014 Guadalajara recibió el Premio Nacional de Deportes. Nadie duda que ese premio es un merecido reconocimiento a su trabajo, estimado concejal. Sigamos adelante con los grandes eventos deportivos, pero no desatendamos las necesidades cotidianas de los vecinos y vecinas, no cerremos las puertas de las instalaciones deportivas municipales a los que viven en esta ciudad, aunque lo suyo no sea el deporte de élite. Hagamos gala de ser ciudad del deporte, pero no nos dediquemos solo a hacer galas; atendamos el día a día de las instalaciones deportivas, aumentemos el personal y ofrezcamos servicios de calidad. Eso también tiene premio, el bienestar de las vecinas y vecinos.