Castilla La Mancha respira igualdad

08/03/2011 - 00:00 Paula Fernández

 
Este 8 de marzo de 2011 se multiplica el carácter simbólico del Día Internacional de las Mujeres. Se cumplen 100 años de la primera celebración del Día Internacional de la Mujer, el primero se celebró en 1911, año en que murieron abrasadas en un incendio 140 jóvenes, la mayoría inmigrantes, en una fábrica textil de Estados Unidos, un suceso que tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de este país. Por otro lado, este 8 de marzo será el primero que celebre la recién creada ONU-Mujeres, la entidad de la ONU para la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, creada por la Asamblea General de la ONU el 2 de julio de 2010 y que supondrá, sin duda, un impulso a las políticas de igualdad a nivel internacional. Asimismo, también es una fecha doblemente especial para Castilla-La Mancha, pues este 2011 contamos ya con una Ley de Igualdad regional que nos ha vuelto a situar a la vanguardia de las políticas de igualdad en el país.
   Cada año, por estas fechas, me resulta inevitable hacer balance de los pasos que llevamos dados las mujeres y si vamos por el buen camino, si día a día se elimina una pequeña discriminación más. Y, sinceramente, creo que la respuesta es que sí. Cada vez somos más las mujeres que, con autoestima y valentía, hacemos frente a la vida y el futuro y ponemos los instrumentos necesarios para llegar a ser y llegar a hacer lo que queramos.
   Y hoy, las mujeres podemos tener aspiraciones y cumplirlas, como sujetos libres e inteligentes que somos, porque el contexto es propicio. Sabemos bien que no siempre las mujeres tuvieron garantizados derechos y que unas leyes injustas basadas en estereotipos sexistas, nos limitaban nuestro desarrollo. Ha sido necesario trabajar duro para derribar todos estos obstáculos, pero la labor conjunta del movimiento asociativo femenino, de instituciones, organizaciones y de mujeres que, desde sus posiciones individuales han hecho valer su dignidad y libertad, ha permitido que hoy contemos con un contexto legal que nos ampara. Mucho han tenido que ver los gobiernos comprometidos con la igualdad como el de Castilla-La Mancha, que desde que gozamos de autonomía, ha desarrollado una intensa labor en la erradicación de desigualdades y en potenciar toda la capacidad de la población femenina. Gracias al coraje y la aportación de las mujeres, en todos los ámbitos, hoy Castilla-La Mancha está preparada para crecer más aún, para ser competitiva y para liderar el desarrollo.
   Por ello, en momentos de dificultad económica como el que actualmente atravesamos, resultan más necesarias que nunca las políticas de igualdad, porque sabemos que la igualdad es una condición imprescindible para la eficiencia económica. Necesitamos de todo el capital humano de las mujeres y del potencial cuidador de los hombres para seguir avanzando en lo económico, en lo social, en lo laboral y, en definitiva, en el estado del bienestar y en los niveles de felicidad. El Gobierno de Castilla-La Mancha continuará por el camino iniciado porque sabemos que es el correcto. Hemos optado por aplicar la estrategia de la implementación de la transversalidad de género, una técnica innovadora y efectiva que viene recomendada desde las conferencias mundiales de las mujeres y los organismos internacionales, es decir, desde aquellos movimientos especializados en la igualdad de género. Se trata de una conquista larga en el tiempo, lo sabemos, y por ello seremos más perseverantes si cabe, pues, en el análisis que me planteo sobre los logros alcanzados, también observo y me preocupan las desigualdades que persisten. Es necesario seguir trabajando en implicar a los varones en el mundo de los cuidados y del hogar, es decir, fomentar la corresponsabilidad entre mujeres y hombres. Estoy convencida de que alcanzar esta corresponsabilidad incidirá directamente en la felicidad de las parejas y en el pleno desarrollo tanto profesional y personal de unos y de otras. Además, una de las cuestiones en las que es necesario seguir volcando la energía es la igualdad en el empleo. Seguiremos trabajando por lograr que el acceso, la permanencia y la promoción de las mujeres en el empleo se produzcan en igualdad de oportunidades y en que se eliminen cuestiones como la desigualdad salarial o el acoso laboral por razón de sexo.