Cataluña, el 29-N

02/11/2010 - 00:00 Francisco Muro de íscar

Artur Mas tuvo ayer, en Los Desayunos de Europa Press, el último acto público fuera de Cataluña hasta las elecciones del 28N. A partir de ahora dedicará todo su tiempo a conquistar los votos que necesita. Aunque todas las encuestas le dan como claro vencedor, cerca de la mayoría absoluta, sabe que no se puede dormir. El dirigente de CiU puso sobre la mesa cuatro posibles escenarios: la reedición del tripartito, que tiene muy pocas posibilidades dado el rotundo fracaso de sus políticas; una mayoría de PSC y PP, que podría desembocar en un pacto a la vasca, muy difícil, pero nunca descartable; un Gobierno de CIU en minoría, con la necesidad de pactos, que según Mas no sería mejor que el tripartito actual; y una mayoría bien absoluta, bien tan suficiente que les permitiera gobernar con acuerdos parciales. Ciertamente el tono de Mas fue electoralista, dirigido a Cataluña, es decir para que los catalanes sepan lo que ha dicho "en Madrid", pero también en clave "españolista". El líder de CiU exigió, más que pedir, un pacto fiscal exclusivo para Cataluña, al margen de la LOFCA, fuera del marco legal, en la línea del concierto vasco o del pacto foral navarro. Y añadió que "el café para todos", desde el punto de vista fiscal y financiero, no tiene futuro. Su planteamiento en este terreno le aleja de posibles pactos post-electorales con el PSOE o el PP, si éstos mantienen su idea del Estado, aunque la política hace extraños compañeros de cama y lleva a realizar prácticas anti-natura. Pero no sólo eso. Mas habló de la "agresora y ofensiva" sentencia del Tribunal Constitucional "que nos ha expulsado del marco constitucional". Dio a entender que una victoria de CiU daría paso a un diálogo "de Estado a Estado" para llegar a un acuerdo o buscar "otros caminos". Este va a ser el gran tema del 29-N, el papel de Cataluña dentro o fuera de España. La decisión del presidente Zapatero de prometer "respeto" a lo que decidiera el Parlamento de Cataluña, sus negociaciones bajo cuerda con CiU a espaldas del PSC, su traición a Mas y el retoque quirúrgico en Madrid, han traído estos lodos que hoy son, sin duda una herida profunda en la relación entre Cataluña y el resto de España. Gane quien gane en Cataluña y sea quien sea su interlocutor en Madrid en el corto y medio plazo, tenemos un problema. Mas y otros muchos catalanes piensan que España ha borrado Cataluña de su agenda política. "Pagamos más y tenemos peores servicios que las comunidades que no producen nada", dijo Mas en un largo memorial de agravios. Es cierto que no ha habido ningún período en la historia de la democracia en el que Cataluña haya tenido un papel más irrelevante. ¿Es culpa de Madrid? Ni Mas ni otros muchos catalanes parecen dispuestos a analizar por qué han perdido su liderazgo en tantos terrenos. En todo caso, no es el problema catalán. Es nuestro problema. Y el 29N, el día después, puede ser mucho más grande. . . ..